Guatemala: ataque deja 11 muertos y 18 heridos
Familiares de los fallecidos, que no quisieron ser identificados por temor, dijeron a The Associated Press, que creen que la policía tuvo que ver en el ataque.
Guatemala
AP
La tranquilidad de la noche del sábado se convirtió en una pesadilla para los habitantes de la comunidad San José Nacahuil, al noreste de la capital guatemalteca, cuando desconocidos asesinaron a 11 personas y dejaron por lo menos 18 heridas en el ataque a dos cantinas de la localidad.
El portavoz de los bomberos voluntarios, Sergio Vásquez, informó que los ataques se registraron alrededor de las 10 y media de la noche del sábado en el poblado indígena de San José Nacahuil, a unos 18 kilómetros al noreste de la capital guatemalteca.
``El ataque fue directo a las cantinas... entre los heridos hay varios niños'', expresó. Vásquez informó que por lo menos 20 ambulancias y 50 bomberos llegaron al lugar. Atribuyó la presencia de los niños en los locales se debe a que residen en los mismos.
Familiares de los fallecidos, que no quisieron ser identificados por temor, dijeron a The Associated Press, que creen que la policía tuvo que ver en el ataque.
``Él llegó a la casa, dijo que la policía llegó al local a pedirle los papeles, y le pidieron 500 quetzales (62,5 dólares), como no se los dieron, los policías se fueron pero les dijeron que ya no le vendieran licor a los menores de edad y que los sacaran del lugar y se fueron. Pasaron unos 15 minutos y luego llegaron los atacantes, se oyeron los disparos. Parece que él se metió al baño y ahí lo mataron'', dijo un familiar del dueño de las dos cantinas que fueron atacadas y que murió en el incidente.
En San José Nacahuil no hay autoridad oficial. En el 2005 los pobladores quemaron la subestación en protesta por supuestos actos de corrupción, la falta de servicios y el alza al transporte urbano. Y las exigencias no son en vano pues a tan solo 18 kilómetros de la capital no cuentan con recursos básicos de sanidad ni de infraestructura. Sus calles son de terracería que con el actual clima de invierno se convierten en charcos y lodos donde hay que transitar.
Mientras familiares y amigos de los fallecidos se aglomeraban frente al pequeño local de la cantina, recién construido, para ver a los fallecidos y reconocer a sus familiares, la policía acordona el lugar y miembros del cuerpo antimotines de la Policía Nacional Civil resguardan la escena. Los familiares de las víctimas se organizaban para exigir apoyo al gobierno para el entierro de sus víctimas.
Según Santos Peinado, primo de Santos Suret que falleció en el lugar, los disparos se escucharon en todo el pueblo. ``Fue como a las 10 y media de la noche, nos extraña, si estas cosas no había pasado, este ataque fue bien organizado''.
Las diferentes autoridades que llegaron a la localidad señalaron diversas líneas de investigación en las que podrían estar involucradas pandillas locales, pero los pobladores desconfían de estas hipótesis.
El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla declaró que el sábado se recibió una denuncia anónima desde la población ``en la que decían que tenían temor de que hubiera un ataque o algún hecho. Enviamos una patrulla y constataron que todo estaba bien y la patrulla se retiró. Una hora después sucedió el ataque con los resultados que ya vimos''.
``Nos extrañó mucho porque es una comunidad muy bien organizada'', relató el ministro al referirse a que la comunidad sacó a la PNC y creo su propia seguridad.
``Aquí ha habido hechos de violencia, pero no como esto, no como está masacre'', explicó un poblador que no quiso identificarse por temor a represalias.
Es una comunidad con bajos índices delincuenciales, dijo el ministro y no descartó la intervención de pandillas locales-.
``Al parecer los atacantes habrían entrado a pie, Se robaron un vehículo de una persona de la comunidad, cometieron el ataque, huyeron y dejaron el vehículo abandonado a unos kilómetros de aquí''.
Al ser consultado dijo que fueron entre tres y cuatro atacantes que portaban armas con calibre 9 mm.
El ministerio mantiene acordonadas las cantinas atacadas, distantes a unos 1.000 metros entre sí y todas localizadas en la calle principal de San José. La fachada de una de las cantinas, donde se registraron más víctimas, está perforada por las balas.
El poblador Víctor Tepén, tío de Javier Tepén de 20 años que falleció en el ataque, dijo a The Associated Press, AP que su sobrino salió anoche a pasear y ya no regresó. ``Esto nunca había pasado. Es un golpe para el pueblo. Jamás habíamos visto una masacre como ésta''.
Otra de las hipótesis, considerada por el portavoz de la policía regional, Jorge Aguilar, es que los atacantes intentaron comprar licor en las cantinas y les fue negado, por lo que regresaron después a disparar contra los locales. Dijo que podría tratarse de pandilleros.
AP
La tranquilidad de la noche del sábado se convirtió en una pesadilla para los habitantes de la comunidad San José Nacahuil, al noreste de la capital guatemalteca, cuando desconocidos asesinaron a 11 personas y dejaron por lo menos 18 heridas en el ataque a dos cantinas de la localidad.
El portavoz de los bomberos voluntarios, Sergio Vásquez, informó que los ataques se registraron alrededor de las 10 y media de la noche del sábado en el poblado indígena de San José Nacahuil, a unos 18 kilómetros al noreste de la capital guatemalteca.
``El ataque fue directo a las cantinas... entre los heridos hay varios niños'', expresó. Vásquez informó que por lo menos 20 ambulancias y 50 bomberos llegaron al lugar. Atribuyó la presencia de los niños en los locales se debe a que residen en los mismos.
Familiares de los fallecidos, que no quisieron ser identificados por temor, dijeron a The Associated Press, que creen que la policía tuvo que ver en el ataque.
``Él llegó a la casa, dijo que la policía llegó al local a pedirle los papeles, y le pidieron 500 quetzales (62,5 dólares), como no se los dieron, los policías se fueron pero les dijeron que ya no le vendieran licor a los menores de edad y que los sacaran del lugar y se fueron. Pasaron unos 15 minutos y luego llegaron los atacantes, se oyeron los disparos. Parece que él se metió al baño y ahí lo mataron'', dijo un familiar del dueño de las dos cantinas que fueron atacadas y que murió en el incidente.
En San José Nacahuil no hay autoridad oficial. En el 2005 los pobladores quemaron la subestación en protesta por supuestos actos de corrupción, la falta de servicios y el alza al transporte urbano. Y las exigencias no son en vano pues a tan solo 18 kilómetros de la capital no cuentan con recursos básicos de sanidad ni de infraestructura. Sus calles son de terracería que con el actual clima de invierno se convierten en charcos y lodos donde hay que transitar.
Mientras familiares y amigos de los fallecidos se aglomeraban frente al pequeño local de la cantina, recién construido, para ver a los fallecidos y reconocer a sus familiares, la policía acordona el lugar y miembros del cuerpo antimotines de la Policía Nacional Civil resguardan la escena. Los familiares de las víctimas se organizaban para exigir apoyo al gobierno para el entierro de sus víctimas.
Según Santos Peinado, primo de Santos Suret que falleció en el lugar, los disparos se escucharon en todo el pueblo. ``Fue como a las 10 y media de la noche, nos extraña, si estas cosas no había pasado, este ataque fue bien organizado''.
Las diferentes autoridades que llegaron a la localidad señalaron diversas líneas de investigación en las que podrían estar involucradas pandillas locales, pero los pobladores desconfían de estas hipótesis.
El ministro de Gobernación Mauricio López Bonilla declaró que el sábado se recibió una denuncia anónima desde la población ``en la que decían que tenían temor de que hubiera un ataque o algún hecho. Enviamos una patrulla y constataron que todo estaba bien y la patrulla se retiró. Una hora después sucedió el ataque con los resultados que ya vimos''.
``Nos extrañó mucho porque es una comunidad muy bien organizada'', relató el ministro al referirse a que la comunidad sacó a la PNC y creo su propia seguridad.
``Aquí ha habido hechos de violencia, pero no como esto, no como está masacre'', explicó un poblador que no quiso identificarse por temor a represalias.
Es una comunidad con bajos índices delincuenciales, dijo el ministro y no descartó la intervención de pandillas locales-.
``Al parecer los atacantes habrían entrado a pie, Se robaron un vehículo de una persona de la comunidad, cometieron el ataque, huyeron y dejaron el vehículo abandonado a unos kilómetros de aquí''.
Al ser consultado dijo que fueron entre tres y cuatro atacantes que portaban armas con calibre 9 mm.
El ministerio mantiene acordonadas las cantinas atacadas, distantes a unos 1.000 metros entre sí y todas localizadas en la calle principal de San José. La fachada de una de las cantinas, donde se registraron más víctimas, está perforada por las balas.
El poblador Víctor Tepén, tío de Javier Tepén de 20 años que falleció en el ataque, dijo a The Associated Press, AP que su sobrino salió anoche a pasear y ya no regresó. ``Esto nunca había pasado. Es un golpe para el pueblo. Jamás habíamos visto una masacre como ésta''.
Otra de las hipótesis, considerada por el portavoz de la policía regional, Jorge Aguilar, es que los atacantes intentaron comprar licor en las cantinas y les fue negado, por lo que regresaron después a disparar contra los locales. Dijo que podría tratarse de pandilleros.
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