Juicio abre heridas
El juicio a un ex militar guatemalteco acusado de mentir en sus documentos de solicitud de ciudadanía estadounidense, está abriendo las heridas psicológicas causadas por la brutal
Cárcel
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Mentira
Sosa pidió asilo en Estados Unidos en 1985, asegurando que estaba siendo perseguido por guerrilleros en Guatemala. Hace seis años es ciudadano estadounidense.
El juicio a un ex militar guatemalteco acusado de mentir en sus documentos de solicitud de ciudadanía estadounidense, está abriendo las heridas psicológicas causadas por la brutal guerra civil que sufrió ese país centroamericano.
Jorge Sosa, quien tiene ahora ciudadanía canadiense y estadounidense, escuchó atentamente mientras uno de sus antiguos camaradas narraba lo ocurrido en la llamada Masacre de Dos Erres.
En el poblado de ese nombre, en diciembre de 1982, murieron por lo menos 160 hombres, mujeres y niños a manos de las fuerzas armadas.
Si Sosa es hallado culpable, podría ser despojado de su ciudadanía estadounidense y sería sentenciado a hasta 15 años de cárcel.
Pero su abogado Shashi Kewalramani dice que Sosa sí le dijo a las autoridades estadounidenses sobre su participación en las fuerzas armadas guatemaltecas cuando solicitó el asilo, mucho antes de ser ciudadano de este país.
Lo que ocurrió en la guerra es horrible, ha dicho Kewalramani, pero a Sosa se le está enjuiciando solo por la manera en que contestó preguntas en un formulario.
Aunque el juicio no es por crímenes de guerra, los testimonios están llevando a un tribunal californiano los relatos desgarradores del conflicto interno guatemalteco, finalizado mediante un acuerdo de paz en 1996.
Según las autoridades, Sosa fue comandante de la unidad que irrumpió en el poblado de Dos Erres en diciembre de 1982, en busca de unos rifles que al parecer habían sido robados por la guerrilla, y que decidió matar a todos los habitantes.
Gilberto Jordán, quien era sargento en ese entonces, narró cómo los soldados tiraron a gente a un pozo y que Sosa, para asegurarse de que nadie quedara vivo, disparó su arma contra el pozo y lanzó una granada.