Tormentas en México dejan decenas de víctimas
Previamente el miércoles, las autoridades federales elevaron de 60 a 80 la cifra de muertos por Manuel. Dijeron que aún no estaban declarando muertos a los 58 desaparecidos en el poblado del La Pintada, que se ubica al norte de Acapulco, pero el gobernador del estado dijo que era poco factible que hayan sobrevivido.
ACAPULCO, México
AP
La cifra de muertos por dos tormentas simultáneas parecía crecer luego de que las autoridades dijeron el miércoles por la noche que 58 personas se reportaban desaparecidas y presumiblemente muertas por un alud de tierra que arrasó un pequeño poblado cafetalero en las montañas del sur de México.
La tormenta que devastó el litoral del Pacífico mexicano el fin de semana recuperó fuerza y se convirtió el miércoles en el huracán Manuel, que avanza en una ruta que podría hacerlo tocar tierra en el noroeste de México. Sería un tercer golpe a un país que todavía no se recupera del primer azote de Manuel como tormenta y del huracán Ingrid, en las costas del Golfo.
Previamente el miércoles, las autoridades federales elevaron de 60 a 80 la cifra de muertos por Manuel. Dijeron que aún no estaban declarando muertos a los 58 desaparecidos en el poblado del La Pintada, que se ubica al norte de Acapulco, pero el gobernador del estado dijo que era poco factible que hayan sobrevivido.
``Es muy probable que estas 58 personas desparecidas perdieran la vida'', dijo el gobernador de Guerrero, Angel Aguirre a reporteros.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo el miércoles que Manuel era un huracán de categoría 1 con vientos máximos sostenidos de 115 kph (75 mph), y que produciría entre 12 y 25 centímetros (5 y 10 pulgadas) de lluvia en el estado de Sinaloa. Las autoridades de protección civil estatales dijeron que algunas áreas ya se estaban inundando y que decenas de personas fueron desalojadas de una zona llena de villas pesqueras.
La lluvia volvió a presentarse en Guerrero el miércoles por la noche, lo que incrementó los riesgos para los socorristas que tratan de evacuar a los últimos 45 pobladores de La Pintada, donde toneladas de rocas y lodo arrasaron el centro del pueblo, enterrando a su paso una iglesia y un número indeterminado de casas.
Las autoridades federales llegaron por helicóptero a La Pintada y evacuaron a 334 personas, algunas de ellas heridas, una de gravedad, dijo el secretario de Gobernación (Interior) Miguel Angel Osorio Chong.
Osorio Chong dijo que existe el peligro de nuevos deslaves en la aldea cafetalera, por lo que esperaba que la policía federal saliera del lugar con los últimos 45 habitantes la mañana del jueves.
En Acapulco, tres días de diluvios se evaporaron con un sol veraniego que resquemó a miles de furiosos turistas que trataban en vano de salir del puerto, mientras cientos de miles de pobladores regresaban a sus casas devastadas por malolientes olas de aguas lodosas.
La escala de la destrucción que dejó Manuel, que hizo su primer contacto con la costa de México el domingo como tormenta tropical, se hizo evidente cuando el secretario de Comunicaciones y Transportes dijo que sería hasta el viernes cuando las autoridades podrán abrir las carreteras que conectan al balneario con la Ciudad de México y el resto del mundo.
Cientos de pobladores de las zonas pobres que rodean Acapulco vadearon el agua estancada para golpear las puertas cerradas de una tienda Costco en busca de comida, agua potable y otros artículos.
Algunos buscaban en las aguas turbias algo de valor que hubieran dejado las personas que saquearon el establecimiento horas antes.
``Si no podemos trabajar, hay que venir por comida'', dijo Anastasio Barrera, un pescador de 60 años que permanecía con su esposa afuera de la tienda. ``El gobierno municipal no hace nada por nosotros y el gobierno estatal tampoco'', agregó.
Con un nuevo disturbio tropical sobre la Península de Yucatán que avanza hacia la costa del Golfo de México, el país podría enfrentar otro doble azote meteorológico mientras aún trata de restaurar los servicios y evacuar a las personas que quedaron varadas por los efectos de Manuel e Ingrid.
El coordinador de Protección Civil federal, Luis Felipe Puente, dijo que 35,000 casas resultaron dañadas o destruidas.
En la exclusiva Zona Diamante de Acapulco, el ejército requisó un centro comercial para atender a los turistas que tratan de subir a uno de los vuelos militares o comerciales que son la única de salida de la ciudad. Miles de personas se formaron afuera de las puertas del recinto para pedir un lugar.
``Ya no tenemos dinero ni para comprar agua'', dijo Taydé Sánchez Morales, una ex trabajadora de una compañía eléctrica de la ciudad de Puebla. ``El hotel nos expulsó y vamos a quedarnos a dormir aquí hasta que nos saquen de aquí''.
Las autoridades dijeron que para la noche del miércoles, al menos 10.000 personas han salido de la ciudad en 88 vuelos, apenas una parte de los entre 40.000 y 60.000 turistas que se calcula quedaron varados en la ciudad.
Unos cuantos tenían sombrillas de playa pilladas para protegerse del sol. Las temperaturas rondaban los 30 grados Celsius (85F), pero la sensación era más alta. Decenas más colapsaron en algunos de los pocos sitios con sombra.
Catalina Clave, de 46 años y quien trabaja en la bolsa de valores en la ciudad de México, sudaba mientras esperaba en la fila.
``Cuarenta y ocho horas sin luz, sin agua corriente y ahora no podemos regresar'', dijo Clave, quien llegó el viernes con su esposo y un grupo de amigos a una casa rentada. ``No pido nada más que una lona e información''.
AP
La cifra de muertos por dos tormentas simultáneas parecía crecer luego de que las autoridades dijeron el miércoles por la noche que 58 personas se reportaban desaparecidas y presumiblemente muertas por un alud de tierra que arrasó un pequeño poblado cafetalero en las montañas del sur de México.
La tormenta que devastó el litoral del Pacífico mexicano el fin de semana recuperó fuerza y se convirtió el miércoles en el huracán Manuel, que avanza en una ruta que podría hacerlo tocar tierra en el noroeste de México. Sería un tercer golpe a un país que todavía no se recupera del primer azote de Manuel como tormenta y del huracán Ingrid, en las costas del Golfo.
Previamente el miércoles, las autoridades federales elevaron de 60 a 80 la cifra de muertos por Manuel. Dijeron que aún no estaban declarando muertos a los 58 desaparecidos en el poblado del La Pintada, que se ubica al norte de Acapulco, pero el gobernador del estado dijo que era poco factible que hayan sobrevivido.
``Es muy probable que estas 58 personas desparecidas perdieran la vida'', dijo el gobernador de Guerrero, Angel Aguirre a reporteros.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo el miércoles que Manuel era un huracán de categoría 1 con vientos máximos sostenidos de 115 kph (75 mph), y que produciría entre 12 y 25 centímetros (5 y 10 pulgadas) de lluvia en el estado de Sinaloa. Las autoridades de protección civil estatales dijeron que algunas áreas ya se estaban inundando y que decenas de personas fueron desalojadas de una zona llena de villas pesqueras.
La lluvia volvió a presentarse en Guerrero el miércoles por la noche, lo que incrementó los riesgos para los socorristas que tratan de evacuar a los últimos 45 pobladores de La Pintada, donde toneladas de rocas y lodo arrasaron el centro del pueblo, enterrando a su paso una iglesia y un número indeterminado de casas.
Las autoridades federales llegaron por helicóptero a La Pintada y evacuaron a 334 personas, algunas de ellas heridas, una de gravedad, dijo el secretario de Gobernación (Interior) Miguel Angel Osorio Chong.
Osorio Chong dijo que existe el peligro de nuevos deslaves en la aldea cafetalera, por lo que esperaba que la policía federal saliera del lugar con los últimos 45 habitantes la mañana del jueves.
En Acapulco, tres días de diluvios se evaporaron con un sol veraniego que resquemó a miles de furiosos turistas que trataban en vano de salir del puerto, mientras cientos de miles de pobladores regresaban a sus casas devastadas por malolientes olas de aguas lodosas.
La escala de la destrucción que dejó Manuel, que hizo su primer contacto con la costa de México el domingo como tormenta tropical, se hizo evidente cuando el secretario de Comunicaciones y Transportes dijo que sería hasta el viernes cuando las autoridades podrán abrir las carreteras que conectan al balneario con la Ciudad de México y el resto del mundo.
Cientos de pobladores de las zonas pobres que rodean Acapulco vadearon el agua estancada para golpear las puertas cerradas de una tienda Costco en busca de comida, agua potable y otros artículos.
Algunos buscaban en las aguas turbias algo de valor que hubieran dejado las personas que saquearon el establecimiento horas antes.
``Si no podemos trabajar, hay que venir por comida'', dijo Anastasio Barrera, un pescador de 60 años que permanecía con su esposa afuera de la tienda. ``El gobierno municipal no hace nada por nosotros y el gobierno estatal tampoco'', agregó.
Con un nuevo disturbio tropical sobre la Península de Yucatán que avanza hacia la costa del Golfo de México, el país podría enfrentar otro doble azote meteorológico mientras aún trata de restaurar los servicios y evacuar a las personas que quedaron varadas por los efectos de Manuel e Ingrid.
El coordinador de Protección Civil federal, Luis Felipe Puente, dijo que 35,000 casas resultaron dañadas o destruidas.
En la exclusiva Zona Diamante de Acapulco, el ejército requisó un centro comercial para atender a los turistas que tratan de subir a uno de los vuelos militares o comerciales que son la única de salida de la ciudad. Miles de personas se formaron afuera de las puertas del recinto para pedir un lugar.
``Ya no tenemos dinero ni para comprar agua'', dijo Taydé Sánchez Morales, una ex trabajadora de una compañía eléctrica de la ciudad de Puebla. ``El hotel nos expulsó y vamos a quedarnos a dormir aquí hasta que nos saquen de aquí''.
Las autoridades dijeron que para la noche del miércoles, al menos 10.000 personas han salido de la ciudad en 88 vuelos, apenas una parte de los entre 40.000 y 60.000 turistas que se calcula quedaron varados en la ciudad.
Unos cuantos tenían sombrillas de playa pilladas para protegerse del sol. Las temperaturas rondaban los 30 grados Celsius (85F), pero la sensación era más alta. Decenas más colapsaron en algunos de los pocos sitios con sombra.
Catalina Clave, de 46 años y quien trabaja en la bolsa de valores en la ciudad de México, sudaba mientras esperaba en la fila.
``Cuarenta y ocho horas sin luz, sin agua corriente y ahora no podemos regresar'', dijo Clave, quien llegó el viernes con su esposo y un grupo de amigos a una casa rentada. ``No pido nada más que una lona e información''.
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