La mancuerna Varela-Feeley

Ambos coordinaban lo referente al caso de Martinelli, y el embajador mantenía al mandatario panameño al tanto de cómo iba el proceso, incluso, antes de que Ricardo Martinelli fuera detenido en Miami en 2017
La mancuerna Varela-Feeley

La mancuerna Varela-Feeley

Por: Redacción / Crítica Impreso -

Más que una protocolar relación diplomática, el entonces mandatario Juan Carlos Varela tenía una estrecha comunicación y colaboración con el embajador de Estados Unidos, John D. Feeley, hasta que este cesó su misión en Panamá, en marzo de 2018.

La coordinación iba desde incidir en el proceso de extradición que enfrentó Ricardo Martinelli hasta tratar de encarcelar al empresario Abdul Waked, con la debida manipulación del Ministerio Público, a cargo de la procuradora Kenia Isolda Porcell.

Feeley también incidía en otros temas fuera de los intereses entre ambas naciones, como la crisis en Venezuela y hasta fue osado en advertir a Varela sobre el riesgo de las relaciones panameñas con China.

Varela y Feeley coordinaban lo referente al caso de Martinelli, y el embajador lo mantenía al tanto de cómo iba el proceso, incluso, antes de que Ricardo Martinelli fuera detenido en Miami en junio de 2017.

Sobresalen entre sus mensajes la cancelación de visas, en enero de 2017, a personas allegadas a Martinelli, lo que fue dicho por el embajador, así como lo relacionado con el helicóptero que le fue ‘confiscado’ en México.

En este punto, se observa cómo Juan Carlos Varela tenía control del Ministerio Público, ya que le comunicó al embajador que la retención del helicóptero se logró gracias a la confesión de alguien.

La excusa para arrebatarle el helicóptero a Martinelli es que fue comprado con dineros de Odebrecht. Su confiscación se logró mediante coordinación entre la DEA y la procuraduría mexicana, que recibió la información de la agencia antidroga, según constató Feeley.

El expresidente demostró, mediante la presentación de facturas, que esta aeronave no había sido comprada con recursos de la constructora brasileña.

Varela visitó Washington la semana siguiente a la detención de Martinelli. Mucho se especuló sobre si en su conversación con Donald Trump abordaron el tema. El entonces presidente panameño lo negó, pero lo que ahora trasciende es que pretendió hablar con el mandatario norteamericano, al respecto.

Lo que le aconsejó Feeley es que acompañara con pruebas todo lo que le diría a Trump sobre su adversario político.

Desde la detención de Martinelli, Feeley se convirtió en un fervoroso colaborador de Varela, manteniéndolo al tanto de cada paso que se daba en EEUU.

La impopularidad que perseguía a Varela era un hecho irreversible para mediados de 2017; por lo que, desesperado, le pidió a Feeley que buscara la manera de agilizar la extradición de Martinelli.

Varela quedó asustado cuando a inicios de junio de 2017, lo que él denominó una ‘turba’ de militantes de Cambio Democrático (CD) protestó frente a su casa y, según él, trataron de ingresar al lobby del condominio.

En ese entonces, el país se estremecía por un polémico decreto sobre actualización de información catastral, que tenía a la diputada Zulay Rodríguez como su principal opositora.

Varela llegó a plantearle al embajador norteamericano que no podía estar solo ante tanta oposición en su contra que, según sus palabras, provenía de Martinelli y de la diputada. Igual reacción se la hizo saber a Feeley, cuando el 9 de enero de 2018, al calor de una protesta multitudinaria en la Cinta Costera, un grupo se fue hasta su residencia, cerca del lugar de la concentración, para gritarle ‘ladrón’.

Feeley se retiraría del país meses antes de que Martinelli regresara a Panamá.

Acabar con Waked

La expresión que más ha trascendido de los Varelaleaks sobre Waked es que Varela le “desmanteló su imperio”. Pero no fue en tono de victoria, sino de preocupación por la oposición que había hacia su persona y su gobierno, en las últimas semanas de Feeley en Panamá.

Pero la filtración de estas conversaciones escritas permitieron descubrir que, en efecto, Varela jamás se preocupó por defender a un nacional implicado en algún proceso legal en el extranjero, como manda la Constitución, sino que también colaboró para tratar de hundir al empresario.

Varela, en su momento, gestionó las licencias para que los diarios del Grupo Editorial El Siglo-La Estrella de Panamá (Gese), que fueron propiedad de Waked, pudieran seguir operando, no obstante, Feeley le pedía que el Ministerio Público le metiera “más cuerpo” a la investigación contra el empresario, luego que fuera incluido en la Lista Clinton.

Hasta llegó a quejarse de la lentitud con que la procuradora llevaba el proceso, a su consideración, y hasta mencionó que habría una “falta de interés” por investigar a Waked.

El expresidente panameño, al respecto, le escribía al diplomático que si el Ministerio Público hubiera tenido participación en la investigación de Estados Unidos contra Waked, habría más elementos para condenarlo, lo que es muestra de su complacencia con los norteamericanos.

También se refería a los esfuerzos que realizaba para condenar a los Waked y hasta de coordinar acciones con la agencia para el control de drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), para armar un expediente más fuerte contra el empresario.

Al final, la justicia norteamericana nunca pudo probar que Nidal Waked estuviera relacionado con lavado de dinero y narcotráfico, y solo fue condenado a 27 meses de prisión por fraude financiero, regresando al suelo istmeño en mayo del año pasado.

Y lo que Varela siempre pregonó de que “el Estado siempre gana”, está en veremos, ya que Abdul Waked demandó al Estado por $1,268 millones, recurso que fue admitido por la Corte Suprema de Justicia.

Waked afirma que fue presionado por el Gobierno y el Banco Nacional para ceder el centro comercial Soho Mall, situación que también se vio reflejada en los Varelaleaks.

El mall era como una joya preciada, tanto para Feeley como para Varela, que en sus chats siempre lo tenían presente.

El embajador norteamericano hasta llegó a buscarle al exmandatario potenciales compradores, como un inversor británico, mientras que Varela llegó a exclamar que estaba evaluando si el Estado compraba el centro comercial, ubicado en calle 50.

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