La Virgen del Carmen: madre y salvadora

Palpamos como la Virgen del Carmen, nos protege y cuida de las las olas y el inclemente sinsabor de la desdicha y correspondemos a ella con fe infinita.
La Virgen del Carmen: madre y salvadora

La Virgen del Carmen: madre y salvadora

La Virgen del Carmen: madre y salvadora

La Virgen del Carmen: madre y salvadora

En medio de la tribulación del mundo, los que hemos confiado en nuestra la Virgen del Carmen, sentimos su guía y presencia por la tempestuosa ruta de la vida.

Palpamos como la Virgen del Carmen, nos protege y cuida de las las olas y el inclemente sinsabor de la desdicha y correspondemos a ella con fe infinita.

La Virgen del Carmen es la madre de Jesús, madre nuestra que desde el principio de los tiempos y de diferente manera nos trae el mensaje de salvación y consuelo.

Su nombre deriva del Monte Carmelo, donde Dios escucho a su pueblo y acabó con una terrible sequía que los asolaba.

Con el tiempo, el lugar se convirtió en sitio de adoración y a los que ahí iban se les denominaba carmelitas, en ese sitió santo, se empezó a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen del Monte Carmelo”.

De este acto de fe, nació en el siglo XIII la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.

Su fiesta tradicional es el 16 de julio, cuando en el año 1251, San Simón Stock, Superior General de los Padres Carmelitas del convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le apareció la Virgen María, con el Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, como señala de fe y salvación eterna.

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