Nacional - 16/9/13 - 03:09 PM

Panamá profesionaliza a guardabosques en medio del Canal

El curso, apoyado por la Asociación de Guardaparques, Guardabosques y Afines de Panamá, tiene un componente teórico y otro de campo.

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Barro Colorado
EFE

Un puñado de panameños, hombres y mujeres, se ha internado en la isla de Barro Colorado, en medio del Canal de Panamá, con objeto de prepararse para ser los primeros guardabosques de la inmensa riqueza natural del país.

Este Monumento Nacional y área protegida era antes una montaña que cuando se represaron las aguas del río Chagres se convirtió en la primera isla artificial de Centroamérica, al quedar por encima del nivel del Gatún, el lago creado en medio de Panamá con la construcción del Canal.

La isla sirve ahora de escenario para el entrenamiento de los 21 jóvenes, seis de ellos mujeres, que pretenden formarse profesionalmente durante tres meses para dedicarse a proteger la no pocas veces maltratada naturaleza panameña.

La Isla de Barro Colorado, al quedar en medio del Canal con la formación entre 1904 y 1914 del lago Gatún, en su día el lago artificial más grande del mundo, se ha convertido en un sitio de valiosa investigación en ciencias y en clima tropical al que acuden prestigiosos científicos para realizar sus estudios.

Regentada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) desde 1946, cuenta con 15 guardabosques panameños de alta cualificación profesional que ahora se han convertido en instructores de los jóvenes que iniciaron el primer diplomado de Protección y Gestión de reas Protegidas, que en el caso de Panamá abarcan casi el 40 % de sus 78.000 kilómetros cuadrados,
incluyendo sus aguas territoriales.

"Se van a enfrentar a la realidad de su trabajo sabiendo qué es lo que viene, esto les da una mejor perspectiva", declaró a Efe el supervisor de protección de Barro Colorado, Mario Santamaría, líder de guardaparques del STRI, con 26 años de experiencia.

"Se está viendo -agregó- que la gente en Panamá ahora entiende que es un trabajo importante, que un trabajo de guardaparque es complejo" y que quien lo desempeña requiere hacerlo "con entereza, con decisión y con firmeza".

El curso, apoyado por la Asociación de Guardaparques, Guardabosques y Afines de Panamá, tiene un componente teórico y otro de campo.

Santamaría, ingeniero forestal, resaltó que este es el primer grupo "de este calibre" en cuanto a contenidos académicos impartidos, que incluyen protección, patrullajes, atención de emergencias médicas, planificación de trabajo en campo y oficina, además de medidas de seguridad y atención a visitantes y turistas, y cómo se relaciona la parte científica con las áreas protegidas.

Explicó que se centraron en las partes más sensibles en este primer diplomado, pero que continuarán enriqueciendo el currículum en las próximas promociones.

Del total de estudiantes, 16 son graduados de escuela secundaria y el resto trabaja para la Autoridad Nacional de Ambiente (ANAM) en alguna de las áreas protegidas del país, detalló Santamaría, quien reconoció que, en su caso, como no había profesión de guardabosques en Panamá, "tú te haces en el camino", contando con apoyo del STRI.

Durante tres meses, los nuevos guardaparques estarán internados en Barro Colorado u otra instalación para adquirir los conocimientos básicos de su nueva profesión, que "está bajo un plan consultado con diferentes estándares internacionales, de donde se han extraído guías y adaptado a lo que se tiene que hacer en Panamá".

Sólo como sitios Ramsar de importancia internacional Panamá tiene cuatro: San San-Pond Sak (Bocas del Toro), Golfo de Montijo (Veraguas), Punta Patiño (Darién) y Bahía de Panamá, que ha sido centro de las mayores controversias por la destrucción de manglares con fines de explotación comercial.
Tiene 19 humedales en igual número de áreas protegidas y otros 18 ubicados en los cuatro puntos cardinales del país, según la ANAM.

En Panamá se deben vigilar 3,5 millones de hectáreas incluidas en el Sistema Nacional de reas Protegidas (SINAP), bajo la presión "que ejercen las actividades humanas" que ponen "en peligro la biodiversidad que habita en estas zonas", de acuerdo con la empresa Minera Panamá, que también patrocina el curso.
El primer cuerpo de guardabosques que se creó en Panamá fue en 1979 a nivel institucional luego de que, gracias a los Tratados Torrijos Carter, revirtieran ciertos terrenos al territorio nacional que se convirtieron en áreas protegidas y en parques nacionales, precisa la firma de capital canadiense.

Entre sus actividades, los estudiantes hacen jornadas con simulacros de rescate de heridos en áreas montañosas remotas bajo un sofocante calor y un elevado porcentaje de humedad, dando los primeros auxilios a afectados y transportándolos en camilla a lugares en que pueden ser evacuados en helicóptero.

Además del STRI, ANAM y Minera Panamá, el curso es patrocinado por la Universidad de Panamá y la Colorado State University.

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