Por la música abandonó la “U”
Nacimiento:
"Los invito a que se trepen a una tarima, toquen toda una noche y después tomen el bus y se vayan directo a otro rincón del país. Allí se darán cuenta si es una profesión fácil o no", sustentó.
Ulpiano Vergara, el "Mechi Blanco" de San José de Las Tablas, le dijo adiós a la docencia, para dedicarse por completo a la música; su gran pasión.
Con 42 años de carrera musical, algunos sin sabores y muchas alegrías, Ulpiano recuerda la humildad que caracterizó su niñez, la que recuerda adoleció de lujos y juguetes, pero mucha alegría.
Cursó sus estudios básicos en San José, su pueblo natal, se graduó en el Instituto Nacional y de allí estudió dos años de Geografía e Historia en la Universidad de Panamá, pero su pasión por la música pudo más y siguió el camino, que hoy día lo tiene en un sitial preponderante.
Su maestro fue su hermano Hernán Vergara (exbajista de Dorindo Cárdenas), quien le enseñó los primeros dominios del teclado y de allí fue superándose. Su primer acordeón lo tuvo gracias a una gira que hizo con el conjunto de Dora Zárate a Estados Unidos, "regresé con 150 dólares y compré mi acordeón de una vez".
Recuerda que su madre vio desde inicio el talento que tenía en la música, pero la falta de recursos le impidió darle un mayor apoyo.
Su primer baile
Cuando tenía 12 años de edad recibió la primera oportunidad de tocar. Era un baile de Alfredo Escudero en San Miguel de Las Tablas: "El propio Alfredo me mandó a decir que lo reemplazara y me prestó uno de sus acordeones para hacer el baile. Fue una alegría muy grande, ya que me pagaron 7 dólares, que para mí era un platal", recordó.
Ulpiano recuerda que esa es la tarifa más baja que ha cobrado, pero la más alta tarifa está por los alrededores de los 6 mil dólares (no habló de una cifra exacta).
Anécdotas de sus bailes
"El Mechi" resalta que en uno de sus bailes en Querévalo, Chiriquí, cantando "Lucho" de Sedas con él, antes de empezar el baile se cayó la tarima y todos se fueron al piso.
"Nos levantamos, arreglaron la tarima y empezamos a tocar, como si nada", precisó.
El artista hace una pausa y recuerda que en una ocasión fueron amenizar un baile (no quiso mencionar lugar ni promotor), y solamente unas cinco parejas estaban en el toldo. "El dueño del baile desapareció y hasta la fecha no hemos cobrado un real de eso. Ni plata pa´la gasolina ni el café ", dijo.
A pesar de sus múltiples compromisos, ya que por lo regular tocan 3 o 4 días por semana, Ulpiano asevera que descansa bien. "Toco hasta las 4:00 de la madrugada, llego a casa a las 5:00 de la mañana y duermo hasta las 8 o 9. De allí, descanso y en la tarde vuelvo a dormir", sostuvo.
Profesión dura
A pesar de lo que dicen algunos, la profesión de músico no es fácil, considera el acordeonista.
"Los invito a que se trepen a una tarima, toquen toda una noche y después tomen el bus y se vayan directo a otro rincón del país. Allí se darán cuenta si es una profesión fácil o no", sustentó.
En cuanto al mejor escenario que considera él para tocar, Ulpiano cree que son variados, ya que hay personas que les gusta bailar en toldos y otros en salas, "pero nosotros tocamos igual donde sea", reitera.
Libros preferidos y sus pasatiempos
"Me gusta todo lo que es cultura. Veo los noticieros, periódicos, la revista Selecciones y mis pasatiempos son la música y la ganadería", destacó.
Además del típico, a Ulpiano le gustan el vallenato y la bachata, sobre todo por la similitud que tienen con la música panameña.
Propuestas de fanáticas
"Ninguna indecente, solamente los normales en los bailes. Qué si un beso, una foto, pero de allí más nada", revela.
Para este artista, al menos por ahora, no hay espacio para el retiro.
"Con 65 años, tengo mucha energía y no he pensado en el retiro, así que hay "Mechi" pa´rato", puntualizó.