Se nos fue Alfredo Sinclair
Ayer Panamá perdió a un baluarte de la pintura, don Alfredo Sinclair. A sus 98 años, una falla cardiaca fue la causa de su deceso en horas
Ayer Panamá perdió a un baluarte de la pintura, don Alfredo Sinclair. A sus 98 años, una falla cardiaca fue la causa de su deceso en horas de la mañana.
Alfredo Sinclair Ballesteros nació en Panamá un 8 de diciembre. Nació del matrimonio del ingeniero hidráulico inglés Jorge Sinclair y de la maestra panameña Quintina Ballesteros, oriunda de Gatún. Se casa con Olga Ávila el 13 de septiembre de 1953 y tuvo tres hijos: Jorge, Miguel Ángel y Olga, quien heredó su talento en la pintura y es, junto a su padre, una de las figuras del arte más afamadas del país.
Lo que le gustaba
Sinclair admiraba al hombre de las cavernas, ya que dejaba sus armas de cacería para pintar las cuevas.
Para el artista, su colega Giotto le da sentido a la figura humana, mientras reverencia a Da Vinci por ser quien creó el claroscuro, ya que “antes se pintaba en un sentido plano, sin sombras”, según Sinclair en una entrevista concedida hace años.
Miguel Ángel es el “gran pintor de todos los tiempos”, y se preguntaba cómo habría hecho las pinturas en la Capilla Sixtina, sin andamios como los que hay ahora.
Incontables logros
1947: Bajo la tutela del maestro Jorge Soto Acebal estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes en Buenos Aires, Argentina.
1948: Medalla de Estímulo en la Exposición de Artes Plásticas Bodas de Oro Club Morón.
1949: Forma parte del XXVIII Salón Anual de la Asociación de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes y logra el cuarto premio.
Quinto puesto en la Muestra de Arte Plástico del XX Aniversario de la Fundación Los Heros.
1950: Realizó exposiciones individuales de su obra alrededor del mundo, visitando Inglaterra, Alemania, Francia, España, Estados Unidos, la mayoría de los países de América Latina y varios de Asia, incluido Japón.
1955: Ganador del primer premio de pintura del Concurso Ricardo Miró con la obra “Mato Grosso”, un cuadro informalista con incrustaciones de vidrio.
1960: Imparte clases en el Instituto Alberto Einstein hasta 1963.
1961: Su obra comienza a conocerse en Estados Unidos, Francia y Alemania. Logra una mención honorífica en el Concurso Centroamericano y Panamá, realizado en El Salvador.
1963: Dicta dos cátedras en la Escuela de Artes Plásticas.
1969: Se le concede la máxima distinción del Concurso Xerox.
1972: Es profesor en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Panamá y se mantiene en este puesto hasta 1979, cuando se jubila.
1986: Los clubes cívicos de Panamá le otorgaron el título honorario de Ciudadano Ejemplar.
1991: Le fue conferida la Orden Vasco Núñez de Balboa en grado de comendador.
2000: Se le otorgó el premio Excelencia en las Artes, del Museo de Arte Contemporáneo.
También recibió un reconocimiento por parte del Convenio Andrés Bello por el conjunto de su obra, siendo la primera vez que a un panameño se le confiere tal distinción.
Legado
Además del enorme legado que deja Sinclair con sus obras, enseñanzas y su hija Olga, les dio a los padres un consejo sabio sobre enseñar a pintar a sus hijos.
A los niños no se les debe enseñar a pintar, advertía Sinclair. "Como el niño no sabe razonar como el adulto, puede pintarte lo que quiera. Si lo guías, lo estás sacando de su mundo y le puedes hacer un daño psicológico. Tampoco hay que comprarle esos libros que tienen dibujos ya listos. Hay que darle hojas en blanco. Le puedes proponer incluso el tema, pero no cómo hacerlo".
Cuando Olga Sinclair cumplió 12 años, su padre Alfredo le enseñó a manejar la pintura como un adulto y le enseñó todo lo que aprendió en Argentina.