La reina del "tubo"

Dando la espalda a su impúdico público, ella agarra el tubo y se zurra hasta quedar en cuclillas. Es entonces cuando mueve más el culo, el hilo se le adentra más entre las nalgas y pareciera que los senos se le van a salir del pequeño sostén.

El turno al tubo le llegó a Esmeralda… El nombre artístico de la puta fue anunciado por la voz de un hombre que resonó en todo el putero. Con silbatina y aplausos, los ansiosos aclaman en La Mayor.
De una estructura parecida a la puerta de un elevador, y separando las cortinas de seda negra, salió Esmeralda. Las miradas de los más de 60 lujuriosos -la gran mayoría con aspecto de obreros- quedaron fijas en la trigueña, mientras con sus manos tomaba el control del tubo… Son las 10:20 de la noche; es jueves.
El meneo de cabello, cabeza, tetas, brazos, manos, cintura, piernas, pies y culo lo hizo al ritmo de la música “t ra n c e ” y electrónica, pero de pronto un cambio súbito de melodía hizo que la chica se moviera más despacio, lo que le dio un toque de mayor sensualidad y excitación… Se oía la voz de Ana Gabriel: “Cuando digo que no quiero amarte más, es porque te amo. Cuando digo que no quiero más de ti, es porque te quiero, más tengo miedo de entregar mi corazón…”. No obstante, a diferencia de Ana Gabriel, la Esmeralda no tiene miedo de entregar nada…Sus eróticos movimientos así lo demuestran. Dando la espalda a su impúdico público, ella agarra el tubo y se zurra hasta quedar en cuclillas. Es entonces cuando mueve más el culo, el hilo se le adentra más entre las nalgas y pareciera que los senos se le van a salir del pequeño sostén.
Dando varias vueltas, la meretriz revuelca su cuerpo por el escenario y se pone en cuatro, con sus nalgas en dirección a las depravadas miradas. Muchos quedan con la boca abierta y sin tener cuidado de que se les salga la baba. De pronto un sujeto lascivo se le acerca a la tarima y le pone un billete en el hilo. Con una mirada libidinosa, la cabaretera agradece el dinero; mientras el tipo regresa a su puesto con el pecho y la frente en alto.
Acostada en la tarima, levanta las piernas y deja su entrepierna al descubierto. Presiona los pechos con sus manos; se quita el sostén. Recorre su cintura (que no es muy angosta) hasta llegar a su vagina; es entonces cuando se despoja del hilo.
Son las 10:35 de la noche. La melodía va terminando, al tiempo que el animador dice: “¡Esa fue Esmeralda!”, quien totalmente encuera y meneándose exhibió sus atributos para el que quiera pagar por “echar un polvo” con ella…

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