- 21/11/13 - 11:14 PM
Obama aprueba polémico cambio de reglas en Senado para acabar con obstrucción
Washington
EFE
El presidente de EE.UU., Barack Obama, apoyó hoy un polémico cambio en las reglas del Senado, forzado por el Partido Demócrata, que pone fin al requisito de una mayoría de 60 votos (de los 100 de esa cámara) para confirmar las nominaciones de jueces y otros altos cargos, sistemáticamente bloqueadas por los republicanos.
Tras amenazar varias veces con recurrir a la llamada "opción nuclear", que rompe con una tradicional norma no escrita, finalmente los senadores demócratas cumplieron hoy su ultimátum y aprobaron que baste con una mayoría simple de 51 votos para confirmar los nombramientos de jueces y altos funcionarios propuestos por la Casa Blanca, a excepción de las nominaciones de jueces para el Tribunal Supremo.
"Es hora de cambiar el Senado antes de que esta institución quede obsoleta", aseguró el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, quien recordó la frustración que existe entre los estadounidenses con la falta de acción del Congreso, que desde 2010 está dividido en una Cámara alta bajo control demócrata y una Cámara baja dominada por los republicanos.
Los 53 senadores demócratas, que normalmente cuentan con el apoyo de dos independientes, podrán ahora acelerar las nominaciones presidenciales sin tener que contar con el apoyo de parte de los 45 senadores republicanos.
Obama recordó en una rueda de prensa posterior al voto en el Senado que esta medida responde al "abuso" del "filibusterismo", una táctica de dilación a la que recurre la oposición para bloquear determinados procedimientos, y que según el mandatario "está fuera de control".
El filibusterismo ha sido utilizado 168 veces para bloquear nombramientos en la historia estadounidense, pero se ha disparado durante el mandato de Obama desde 2009, con 82 casos, según el balance presentados por Reid.
Con la reducción de la mayoría necesaria, los demócratas estarán en condiciones de impedir las maniobras de filibusterismo.
"Daña a nuestra economía, es malo para nuestra democracia y nos ha llevado a un punto en el que la mayoría simple no parece suficiente para nada, ni siquiera para asuntos rutinarios", lamentó Obama.
Obama, que antes de ser presidente fue senador, transmitió su frustración con "el patrón sin precedentes de obstrucción en el Congreso", que ha provocado que personas "bien preparadas" no hayan podido asumir su puesto por quejas republicanas muchas veces no relacionadas con los méritos del nominado en sí, sino con asuntos totalmente alejados.
"El servicio público no es un juego, es un privilegio", aseveró Obama, que aún tiene pendientes de que se incorporen a sus puestos de trabajo el jefe del organismo supervisor de los bancos hipotecarios rescatados Fannie Mae y Freddie Mac y tres jueces del importante Circuito del Distrito de Columbia.
El filibusterismo ha hecho que, por ejemplo, Richard Cordray tardara dos años en ocupar en julio la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) o que Byron Jones esperara más de seis meses para asumir su puesto de director de la agencia de control de armas y explosivos (ATF), que llevaba siete años sin un jefe.
El arriesgado paso dado para acabar con el umbral de los 60 votos amenaza con ampliar aún más las diferencias entre republicanos y demócratas, que precisamente dentro del Senado habían conseguido consensos importantes como en materia de inmigración.
Tres senadores demócratas se opusieron hoy a cambiar el límite tradicional de votos, mientras que veteranos como el republicano John McCain recordaron que esta medida "lo cambia todo" y acusó a los senadores jóvenes que nunca han estado en minoría de modificar las reglas sin pensar en las consecuencias.
Un iracundo líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, intentó forzar un receso para que no se votara el cambio de normas y afirmó que "hoy es un día triste" para la historia de la Cámara alta.
"La solución a este problema es una elección", aseveró McConnell, quien confió en que en los comicios legislativos de 2014 los votantes otorguen la victoria a los republicanos en ambas Cámaras, las cuales desde 2010 no han podido aprobar un presupuesto ni despejar definitivamente las dudas sobre una eventual suspensión de pagos