Opinión - 25/2/14 - 11:18 PM

Asociación ilícita

Koh Bak Kin, de 30 años de edad, era un rico comerciante de Singapur. Se dedicaba a la comercialización de madera fina para muebles, un negocio honrado

Por: -

Hermano Pablo

Koh Bak Kin, de 30 años de edad, era un rico comerciante de Singapur. Se dedicaba a la comercialización de madera fina para muebles, un negocio honrado a todas luces. Gozaba de prestigio social y de solvencia económica.

Bin Fazalda, de 34 años, era profesor de escuela secundaria en Singapur. Gozaba de buen nombre en su colegio, donde se le reconocían sus dotes profesionales. Ganaba buen salario. Estaba casado y tenía cinco hijos. Su vida transcurría tranquilamente en medio de satisfacciones.

Un día, estos dos hombres se unieron para realizar un negocio. Se trataba de transportar 20 kilogramos de heroína a Roma. Adaptaron a sus maletas un doble fondo, solicitaron visa de turismo, sacaron pasaje de avión y partieron para la capital de Italia.

Sin embargo, en el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Roma los esperaba la Interpol. Una denuncia anónima los había delatado. Koh Bak Kin y Bin Fazalda fueron descubiertos, detenidos, requisados y encarcelados. «Asociación ilícita» fue el cargo del que los acusaron.

¿Qué es una asociación ilícita? Es la sociedad que realizan dos o más personas para hacer algo que está penado por las leyes. Estos dos hombres se asociaron para realizar un contrabando de heroína. Los dos pusieron capital. Los dos planearon el negocio. Los dos se comprometieron a ser fieles al contrato y los dos se estrecharon la mano como prueba de su asentimiento. Pero el negocio era delictivo, y la asociación, ilícita.

Así pasa también en el ámbito moral de nuestra vida. La jovencita que a espaldas de sus padres planea una fiesta con sus amigos, y en esa fiesta se bebe licor, se usa droga y se practica la inmoralidad sexual, está realizando una asociación ilícita. El caballero que a espaldas de su esposa planea una salida al teatro, o un paseo en auto en la noche con su secretaria, y esto con fines inconfesables, está realizando una asociación ilícita.

El mal no consiste solo en que un hecho sea o no ilegal, sino en sus consecuencias destructivas. ¡Cómo necesitamos poner todos nuestros negocios, toda nuestra vida, bajo el control de las leyes morales de Dios! Solo así salvamos nuestra vida. Solo así nos aseguramos el parabién divino. Solo así podemos vivir en paz.


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