Banca en línea
Llegó la era de la automatización. Comprar, vender, ahorrar, pagar o transferir desde una computadora sin la necesidad de tomar un taxi o un bus. ¡Qué cómodo
Llegó la era de la automatización. Comprar, vender, ahorrar, pagar o transferir desde una computadora sin la necesidad de tomar un taxi o un bus. ¡Qué cómodo es usar la banca en línea!
El panameño cada día se va acostumbrando. Los bancos, de igual forma, se hacen más seguros y actualizan sus plataformas para no quedarse atrás, tanto es así que olvidan detalles importantes como capacitar al personal.
Los primeros en recibir una instrucción son los muchachos de la Unidad de Informática, luego vienen los jefes, posterior el personal de banca en línea. Se olvidaron de actualizar al resto del personal (cajeros, aseadores, seguridad, otros).
En una corporación, sea del tamaño que sea, todo el personal debe estar informado de los movimientos.
Esta premisa no la han tomado en cuenta algunas instituciones que no incluyen al personal de seguridad, personas con funciones específicas: brindar protección a las empresas y a sus clientes, cosa que no cumplen (en algunos casos), pues se han convertido en 'perseguidores' de todo aquel que porte un celular en la mano, cuando deben estar por ver quién entra con una pistola.
El mundo se modernizó. Estas entidades lo saben, por ello han llevado la banca en línea a los dispositivos celulares con tecnología Android, pero aplican reglas tontas al restringir el uso de los teléfonos en los bancos, cuando ellos mismos han creado la “llave móvil” o la “banca móvil” y demás.
Todos debemos colaborar con la seguridad, pero considero que el departamento de seguridad de cada empresa debe robustecerse.
Estimado gerente, respetada Superintendencia Bancaria, hagamos una pausa para verificar las reglas. Si es por cuestión de seguridad, pongamos más cámaras y no permitamos que este personal se convierta en un oficial de atención al cliente. Ellos están contratados para otra cosa, aunque deben recibir un seminario de atención desde la llegada de un cliente al banco, pero no es su trabajo.