Opinión - 09/12/13 - 12:15 AM

Camarada

Muchos periodistas llegaron del exterior buscando la “noticia del año”. Las fuerzas de seguridad reforzaron la vigilancia por todos los rincones. En la Presidencia, sin mucha bulla,

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Milcíades Ortiz / Milcíades Ortiz

Muchos periodistas llegaron del exterior buscando la “noticia del año”. Las fuerzas de seguridad reforzaron la vigilancia por todos los rincones. En la Presidencia, sin mucha bulla, guardaron los cubiertos de plata. Usarían los “democráticos” de plástico. Luego de las elecciones había sucedido una “guerra mundial” en los medios de comunicación. Todos querían opinar a favor o en contra del fenómeno político. Solamente existía el anterior sucedido en Chile, en los años sesenta del siglo pasado.

Los que estaban a favor se escudaban en la Constitución. La actuación del Tribunal Electoral fue tan correcta que no podían alegar fraude. Había que “aguantarse el mechón” como decía el Cholito Mesero de Santana. Aquellos que criticaban indicaban que para el desarrollo económico del país era fatal. Tantos años de luchar por ser el segundo país más rico de Latinoamérica se irían por una cloaca. Los inversionistas se alejarían por miedo a lo que vendría.

Obras por millones que se pensaban hacer fueron suspendidas para “ver qué pasaba” con el nuevo gobierno. Hicieron el acto en el patio y calles cercanas a la Presidencia, para que asistiera el “verdadero pueblo”. Nada de los “rabi-blancos” de siempre. Varios países no mandaron representantes de “alto perfil” por miedo a que EE.UU. se molestara. Nada de saco y corbata ni “smoking” para asistir a la toma de posesión. Hasta en suéteres y chancletas podían hacerlo porque “¡el pueblo estaba en el poder!”.

El magistrado del Tribunal Electoral presentó al mandatario. Dijo tosiendo de nervios “... estimados panameños y extranjeros, les presento al nuevo presidente de Panamá... ¡el camarada tal! “Vistiendo camisilla colorada el Ñángara presidente de un plumazo le quitó todos los autos lujosos a la oligarquía. Aquellas casas de playa serían para disfrute de los pobres. El Canal cerraría un día a la semana para que el pueblo se bañe en él..., etc. Aunque no lo crean, más de uno tiene miedo de que los comunistas lleguen al poder en el país, mañana o pasado. Por ahora no pasarán de la gatera.


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