Opinión - 11/8/13 - 12:14 AM

China contra la muralla

Tras que: “No cabemos y la abuela se pare”. Ahora cuando América Latina ascendía en el plano económico por 10 años consecutivos gracias al auge sostenido de

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Julio Caicedo /Periodista

Tras que: “No cabemos y la abuela se pare”. Ahora cuando América Latina ascendía en el plano económico por 10 años consecutivos gracias al auge sostenido de los chinos continentales, que en forma continua han absorbido las exportaciones de materias primas y de algunos alimentos, aparecen noticias alarmantes de una posible debacle en la tierra de Confucio. Importantes países latinoamericanos se las verán “a gatas”, entre ellos Venezuela, Ecuador, Argentina y el Perú, de ser ciertos los pronósticos sobre la tragedia económica que ocurrirá en el mayor imperio totalitarista de los últimos tiempos.

En el gigante asiático perdura la hambruna y un estado policiaco asfixiante, y llegó el momento en que el Estado no puede cumplir con los planes económicos que ayuden a sobrevivir a una masa de casi 1,500 millones de seres humanos que viven como esclavos produciendo bienes con maquinaria alemana (ellos no fabrican maquinaria pesada).

Lo peligroso para las excolonias de la España derrotada acá en el nuevo mundo, es lo dependiente de los chinos en que nos hemos convertido, ya que de 4,000 millones de dólares que exportábamos a los macacos en 2002, se pasó a 71,000 millones de dólares anuales en el 2012. Expertos en la economía mundial como el premio nobel Paúl Robin Grugman economista, escritor, periodista gringo y otros prominentes anuncian en sus análisis que habrá un serio desmoronamiento en la China. Muchos estudiosos describen a la actual China como un burro cargado de problemas metido en un atolladero. Y, es que en los últimos cinco años han aumentado las penurias.

Cuentan, y yo lo creo, que el chinito promedio tiene un sueldo mensual de dos dólares. Dicen, y yo lo creo, que el que se rebela contra el sistema y no va al trabajo porque está enfermo lo enfrentan en un dos por tres con la pena capital. El estrellón de la economía china con su propia muralla, supongo yo (el menor de los escritores capireños), que no es posible que con un modo de producción como la esclavitud pretendan ser la economía número uno en el sistema capitalista mundial. Con razón vemos a diario cómo tratan de salir de esa cárcel asiática diariamente miles de chinos. Hasta por Puerto Armuelles y “Rabo e Puerco”, en Chiriquí, se cuelan cientos de ellos. Los chinos radicados en Panamá que sabemos son trabajadores que no conocen el dolor, dicen temerosos que: “Ya no leja entla ma paisano po favó”.


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