Opinión - 23/6/13 - 11:05 PM

Comer

A veces pienso que algunas estadísticas panameñas no son ciertas porque mis ojos ven las cosas distintas. Por ejemplo supe que Panamá es el segundo país con

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Milciades Ortiz / Catedrático

A veces pienso que algunas estadísticas panameñas no son ciertas porque mis ojos ven las cosas distintas. Por ejemplo supe que Panamá es el segundo país con mala distribución de la riqueza en Latinoamérica. ¡El primero es Haití! Al ver el lujo y las riquezas de muchos compatriotas me surge una duda lógica.

Si somos el país con mayor crecimiento económico en la región en los últimos años, ¿cómo es que esa riqueza no llega a los sectores populares? Cuando estaba en Chile inventé que la pobreza en Panamá es en “tecnicolor”. Visite Ud. viviendas de gente pobre. Encontrará artículos que tal vez no haya en su hogar.

Esto nos demuestra que un sector de compatriotas sufren de “falsos valores”. Prefieren gastar en lujos y no en casa y comida. Es el llamado ”síndrome de las apariencias” que se ve mucho en la clase baja. Por orgullo no queremos ser “menos” que los otros. Si un vecino compra un artículo de lujo, nosotros estamos “obligados” a conseguir otro... ¡mejor!

Todos esos pensamientos circularon por mi mente el otro día, cuando me enteré que cada cuatro días muere un panameño por no comer. La Contraloría en una investigación descubrió que hace más de un año fallecieron veintidós viejos de más de ochenta y cinco años por hambre. También dejaron de existir veintinueve niños menores de cinco años.

Sucede en un país donde cada día el sobrepeso es un problema de salud y estética. Si no me creen, averigüen la cantidad de personas que van a los gimnasios buscando quemar grasas y tener una figura atractiva y saludable. Otros corren, caminan en parques o se amarran el estómago...

Hace más de treinta años el Dr. Cutberto Parillón, jefe de Nutrición del Ministerio de Salud me dijo que casi un setenta por ciento de los niños menores de cinco años... sufría algún grado de desnutrición. No olvidamos los numerosos esfuerzos que han hecho varios gobiernos y entidades particulares, para combatir la falta de alimentos en niños y adultos mayores.

Como dicen varios en Garachiné “a nadie se le niega un plato de comida”. Entonces, ¿qué es lo que está pasando aquí? Recomendaciones: que los gobiernos continúen con los proyectos de mejoramiento social y que la empresa privada participe más.


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