¿Cómo tratar a su cónyuge?
La mejor manera de tratar bien hoy a su esposo (a) empezó escogiéndolo bien antes del matrimonio. Me explico: un gran error es tener noviazgos cortos,
La mejor manera de tratar bien hoy a su esposo (a) empezó escogiéndolo bien antes del matrimonio. Me explico: un gran error es tener noviazgos cortos, sin pasar por etapas claves de diálogo para saber quién es el otro, compartir metas e ideales, discernimiento, conocimiento de la familia de la otra persona y, luego, con la iluminación divina decidirse a emprender un camino para toda la vida con la otra persona. Cuando uno no sabe con quién se casa y no se pide al Señor en oración saber su voluntad, “amarrarse para siempre” con alguien es ponerse una soga al cuello y esperar ser ahorcado lentamente por un sufrimiento y frustración constante. La formalidad en el noviazgo es de lo más importante. Aquella clásica frase “Yo sé que toma licor y que es mujeriego, pero cuando se case conmigo cambiará” ilustra bastante bien lo que digo con “ahorcarse”, ya que después de casado el otro normalmente triplica sus malos pasos. Hay pues que conocer bien, en lo posible, al futuro cónyuge.
Ya de casado es importante saber que: 1. Se ha casado con una persona a la que no puede “hacer a su medida” ni imponerle su pensamiento y voluntad hasta convertir al otro en un esclavo (a), arrancando de él (a) su derecho a pensar, a decidir, a ser y desarrollarse con sus propias cualidades. Nadie es esclavo ni empleado de nadie en el matrimonio.
2. La comunicación es vital en una relación tan delicada, en la que hay que saber escuchar y expresarse.
3. Apoyar y promover el crecimiento de la otra persona, alentándola en el cumplimiento de sus metas, aconsejándola y, en su momento, siempre con mucho respeto, corrigiendo las imperfecciones, errores o torpezas que pueda cometer el otro (a).
4. No permitir que la rutina carcoma su matrimonio, por eso son importantes la creatividad y el entusiasmo en mantener vivos los vínculos conyugales.
5. Un punto extremadamente importante es tener la conciencia clara de que Dios los unió, los bendice a cada momento y que tenerlo a Él en primer lugar será la garantía de que su matrimonio será hasta que la muerte los separe, porque con el Señor todo se puede, porque con Él ustedes como casados son invencibles.