Competencia
Hasta hoy, el primer lugar de la competencia lo ocupa la Navidad, luego Halloween (día de brujas) y tercero fiestas patrias... ¿De qué hablamos? ¿Carrera de caballos?
Hasta hoy, el primer lugar de la competencia lo ocupa la Navidad, luego Halloween (día de brujas) y tercero fiestas patrias... ¿De qué hablamos? ¿Carrera de caballos? ¿Competencia deportiva? No. Lo investigué por años al observar el comportamiento publicitario en varios supermercados y almacenes de la capital.
Otras veces el orden era distinto. Se destacaba la publicidad de artículos para Halloween, fiesta extranjera y medio macabra que celebran ciertas escuelas (¿?) y jóvenes. Según estudios sociales, es producto de la presencia por mucho tiempo de tropas y civiles norteamericanos de la Zona del Canal.
Por lo general se venden disfraces, pinturas, afiches y muñecos sobre brujas. Las figuras en ocasiones son simpáticas y otras no. La mayoría de tales artículos es extranjera, varios panameños preparan disfraces “caseros” para sus hijos. Otro objeto promovido son las calabazas, que las hay desde menos de $5 hasta $20.
Se considera que tal festividad es un ejemplo de la “penetración cultural” de costumbres de un país más desarrollado que nosotros. Se le ha combatido por diversos medios, pero la costumbre, aunque menos ahora, no ha desaparecido. Alegan que hay que verla como una fiesta más extraña a nuestra cultura, que produce dinero a comerciantes.
La Navidad en esta “carrera” representa una “lucha” entre el Santa Claus extranjero, con su trineo aéreo, nieve y arbolitos que vienen de otros países. En el otro lado está nuestro Niño Dios, caracterizado por su “Nacimiento” que refleja el nacimiento de Jesús en un humilde pesebre. También aquí vemos la presencia de artículos extranjeros en algunas figuras que se usan en él. Hacerlo para muchos se ha convertido en una tradición que llama la atención pública por lo grande que son.
Finalmente las fechas patrias aparecen sustentadas en el nacionalismo que representan. Honrar a la patria con marchas, discursos, fiestas, etc., también exige la compra de artículos que mejoran la economía del país. Existen quejas porque algunos tratan de convertir los desfiles en “pasarelas” sensuales, aparte de utilizarse canciones poco nacionalistas.
Lamentablemente para otros esta fiesta solo significa días libres.