Despedida para las épocas
Ayer gráfico
Redacción
Probablemente el acto de despedida más emotivo en la historia de los deportes lo dio el inmortal pelotero de las Grandes Ligas Lou Gehrig, un 4 de julio de 1939 en el Yankee Stadium. A Gehrig -quien en su época impuso un récord de 2,130 partidos jugados consecutivamente- le habían diagnosticado recientemente esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que afectaba todos los músculos y nervios de su cuerpo y que lo forzó a retirarse. Durante su discurso de despedida, un emocionado Gehrig dijo que se consideraba “el hombre con más suerte en la faz de la Tierra”.