Diálogo
"Gloria al ser abnegado que cuida...", así inicia el Himno al Educador panameño, una hermosa pieza que al parecer algunos dirigentes radicales de la educación nacional parecen haber olvidado.
Ese mismo himno dice "En sus manos no luce y destella ni la espada marcial ni el cañón, sino el libro, la bíblica estrella que conduce hacia la redención"... qué hermoso, ¿lo recordarán los actuales dirigentes magisteriales?
Resulta un contrasentido que estos dirigentes solo tengan en su boca las palabras: "paro", "huelga", "a la calle", y se olviden de las necesidades de las jóvenes mentes que están formando.
El norte de todo profesional, y los educadores no escapan a este designio, es el mejoramiento y la superación constante, es por ello que la autoevaluación tanto profesional como institucional, como condición para el aumento salarial, es positiva. Todo ser humano consciente de los deberes para consigo mismo cree en la superación profesional y se evalúa permanentemente para llenar sus propias expectativas; sin duda alguna, en el caso de los docentes, este mecanismo es bueno, no solo para ellos, sino para sus estudiantes, pues, como dice el himno, el educador es “el que pone la luz de la vida en el alma de la juventud".
Mal ejemplo a la juventud dan estos dirigentes educativos radicales que todo lo quieren resolver a la brava, con amenazas de huelgas y paros, ignorando que existen mecanismos civilizados de diálogo dentro de un clima de respeto mutuo. Señores educadores, creemos que es necesario mantener esos canales de diálogo abiertos para evitar el caos y la anarquía que en nada benefician al sistema educativo panameño.