Dios Todopoderoso
En vos confío. ¡Jesús, dame un corazón semejante al tuyo! No es preciso, Padre, saber mucho para agradarme mucho; hasta tu corazón se adhiera al tuyo
En vos confío. ¡Jesús, dame un corazón semejante al tuyo!
No es preciso, Padre, saber mucho para agradarme mucho; hasta tu corazón se adhiera al tuyo con toda humanidad, dulzura, sacrificio y amor perenne. Tu valiosa y santa pedagogía es invariable para lograr la fe en el aprendizaje incalculable de tus sabias y abnegadas palabras. El campo recorrido y sembrado por ti es uno de frutos variables para provecho de la masa católica existente en todas y cada una de tu sagrada Casa Mística.
Pues bien, jhermanos fieles, he aquí una síntesis de diminutas exposiciones narrativas que ayudan a enriquecer el razonamiento cristiano.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creo firmemente que estáis presente en el Santísimo Sacramento, a no dudar por la desconfianza de quienes por algún motivo, sin causa alguna, se alejan de amoroso corazón para demostrarte el poco me importa de tu divina existencia.
Oh, Jesús altísimo y poderoso que haces resplandecer tu gracia de amarte como debes, te suplico que siendo el hombre por ti creado para ser pareja de la mujer sensata, leal, pródiga, educada, cristiana, leal y por lógica autora de hijos... sea capaz de gobernar cuando llegue oportunidad de ser papá o padre de familia, no se convierta en un personaje rústico, amargado, imperativo, hostil, negativo, irresponsable, autoritario supremo... para entrar en dime que te diré.
Hersilia Ramos de Argote, eminente colaboradora social nos dice las palabras sirven para conversar y remediar todo daño. Recordad compañero: el hombre dispone y Dios propone.