Doble discurso
Es indudable que el Tribunal Electoral como institución ha cumplido con los panameños al darnos elecciones transparentes desde 1990; sin embargo, tambien salta a la vista que uno de los tres magistrados de ese cuerpo colegiado no está cumpliendo con su función de ser un árbitro imparcial del torneo electoral que se avecina.
La frase "su oscuro pasado", que puso de moda un candidato derrotado en los ultimos comicios, parece que alcanza al magistrado Erasmo Pinilla, quien no ha ocultado su animadversión al partido gobernante, producto tal vez de su anterior militancia partidista en un colectivo opositor, que está en abierta campaña por lograr el poder el 4 de mayo de 2014.
Pinilla queda descalificado moralmente para ser imparcial, porque su trayectoria pública lo traiciona. Recordemos las acusaciones de nepotismo por nombrar a familiares en la propia institución donde labora, y con jugosos salarios. Estos señalamientos no los ha podido refutar.
Recordamos también la denuncia publicada, incluso por un diario furibundo opositor al gobierno actual, en que se detalla como Pinilla utilizó recursos y bienes del Estado para uso particular. Veremos que tampoco el magistrado la ha refutado.
El señor Pinilla no ha podido negar ni unos ni otros señalamientos públicos, por lo que queda descalificado para hablar de transparencia e imparcialidad. Gana el partido opositor en el militó en el pasado, pero pierde el país que esperaba honestidad y transparencia de este ciudadano.