El destino de las tierras

Panamá es un país con una gran diversidad de ecosistemas y vastas extensiones de tierras vírgenes que albergan una enorme variedad de flora y fauna. Desgraciadamente, la

Ricardo A. de Ycaza / Ricardo A. de Ycaza

Panamá es un país con una gran diversidad de ecosistemas y vastas extensiones de tierras vírgenes que albergan una enorme variedad de flora y fauna. Desgraciadamente, la venta de tierras y su desarrollo descontrolado es cada vez más evidente, hasta en los más remotos lugares.

Los grandes proyectos residenciales, turísticos, industriales y comerciales, junto con el desarrollo agrícola y pecuario, poco a poco están acabando con el privilegio de tener todo este paisaje natural.

A medida que el tiempo pasa, se ven más noticias sobre la pelea por la propiedad de grandes extensiones de tierra, las cuales son puestas a la venta al mejor postor. Muchas de estas tierras son pertenencia de panameños, pero el mercado está más que abierto a compradores extranjeros. Esto causa que el precio de las tierras sea tan elevado, que solo compradores con grandes cuentas bancarias tengan la posibilidad de adquirirlas.

En la mayoría de los casos, se observa la explotación de tierras a gran magnitud.

¿Qué pasará si el desarrollo continúa? Es difícil predecir esto con certeza, pero por medio de la educación, el apoyo y fortalecimiento de entidades de regulación ambiental como la Anam, y el trabajo de organizaciones de conservación como Ancon, podemos ayudar a conservar nuestros recursos naturales y asegurar su existencia para el futuro.

En algún momento, la humanidad en general caerá en cuenta de que la tierra virgen vale y aporta más a nuestro día a día que un hotel, una cancha de golf o un centro comercial gigante.

(El autor es director de Proyectos e Investigaciones de Ancon).



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