El día perfecto

Este fin de semana conversaba con un paciente de cardiología sobre lo sucedido a Pili. Una mujer que había esperado cinco meses para su cirugía, y un día antes le notifican que es un riesgo operarla.

En principio, el paciente no aceptaba el motivo de la decisión. Y añadía, “qué tiempo tendremos que esperar nosotros, si hasta el presupuesto se está agotando”. Al escucharlo comprendí que era necesario mediar, y así lo hice.

Yo, que soy el resultado de estas exitosas y oportunas cirugías, puedo dar fe del compromiso de la administración y los médicos, que los lleva de la mano de Dios, a buscar el momento adecuado para practicar procedimientos quirúrgicos con resultados exitosos. Además, todo evento responde al día perfecto de Dios y no a la fecha que como humanos quisiéramos disponer.

Cada día que transcurre, en mi Panamá, el país de las oportunidades, ciudadanos ven mejorar su calidad de vida mediante cirugías cardiovasculares, prótesis de rodilla y de caderas, para mencionar algunas que se realizan con éxito. Precisamente, este jueves, unos 30 pacientes de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas serán beneficiados con el programa de cirugías de corazón abierto que se realizará en el hospital regional Rafael Hernández de David.

Nuestros profesionales de la medicina constantemente están actualizándose, lo que les hace ser precavidos y celosos en la labor que desarrollan. Es sorprendente lo que hacen para sanar a pacientes que un día fueron de alto riesgo.

Si estás en espera de una fecha, no fuerces la situación. En Panamá, acostumbramos a buscar contactos o palancas para agilizar los trámites, da pena decirlo, pero sucede. Con respecto al presupuesto, la administración tendrá que buscar alternativas para que el ritmo de las cirugías no se afecte.

Si en algún momento nos vemos en la necesidad de una cirugía que mejore nuestra salud, tengamos presente que se trata de un procedimiento delicado que debe tratarse con seriedad y objetividad; la fe hará posible, sin presiones, esperar el día perfecto de Dios para mejorar las dolencias, y permitir que las aguas vuelvan a su nivel. El próximo domingo espero ver en la capilla a mi amigo y seguir conversando para mitigar su espera.