El juega vivo en la educación

Por: Aquilino Ortega Luna -

En los últimos 40 años, hemos estado en franco retroceso en la educación. Desde muchos años, el ente gubernamental rector y responsable de la educación no ha dotado de los recursos necesarios e idóneos para corregir el rumbo. Lo anterior tiene su lógica, ya que en la medida de que mantengamos a una sociedad más analfabeta, se convierte en presa del dominio político de turno.

En esta administración, la rectora máxima de la educación ha roto paradigmas importantes para tratar de igualar el nivel educativo público con el particular, ya que tiene una clara visión de lo que requiere el sistema educativo en los aspectos generales, y somos creyentes de que lo está logrando, a pesar de que existen unidades dentro y fuera del sistema, cuyo único propósito es mantener el statu quo de no hacer nada.

Sin embargo, más allá de esta realidad, encontramos un pequeño segmento de esa masa que se enquista en entidades gubernamentales de educación superior, sin importar la ética y los principios morales, para perpetrarse en los puestos públicos, ya que en algunos gobiernos, hoy día en oposición, salen a la palestra como funcionarios del estado panameño, pero cuando no están allí, se escudan en universidades estatales para continuar brindando sus servicios profesionales, y así no perder las canonjías y salarios que les brinda el erario.

Cuando permitamos que el sistema educativo se califique a los docentes y administrativos, en base a parámetros meramente académicos y profesionales, es que realmente podremos avanzar como sociedad, ya que estaremos en una nueva etapa de construcción de un mejor país.

Para ello, es impostergable que la rectora de la educación tome cartas de esa situación y evite esos excesos, ya que ello empaña la buena marcha y el prestigio que debe enmarcar los procesos educativos a todos los niveles en el ámbito estatal.



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