Opinión - 22/9/13 - 10:44 PM

Fatal

En Chiriquí ocurrió un fatal accidente de tránsito en el que fallecieron tres personas. El hecho sucedió cerca de un sitio en que había gente reunida. Curiosos

Por: -

Milcíades Ortiz / Catedrático

En Chiriquí ocurrió un fatal accidente de tránsito en el que fallecieron tres personas. El hecho sucedió cerca de un sitio en que había gente reunida. Curiosos llegaron a la escena. Encontraron hierros retorcidos... ¡y los cuerpos! Aunque no lo crean, sacaron sus celulares y comenzaron a tomar fotos de las víctimas, para “subirlas” en las redes sociales. Me aseguraron que hasta un niño participó en esta actividad.

De inmediato numerosos chiricanos, varios de ellos que conocían a las víctimas, recibieron en sus teléfonos escenas “crudas” de lo sucedido. Algunos quedaron asqueados... No es la primera vez que en esa provincia las redes sociales transmiten fotos censurables. Recuerdo el escándalo de imágenes de una docente en actos sensuales, que “colgó” uno de sus estudiantes...

Me parece que aquellos medios que han inventado la frase “reportero ciudadano” sin querer están alentando el envío de cualquier imagen. Les dije a mis alumnos de Periodismo que la tecnología no tiene la culpa, sino quienes la usan mal. Un periodista de verdad sabe de ética, responsabilidad ciudadana, lo que puede divulgarse y lo que no. Eso lo desconocen los flamantes “reporteros” improvisados. Varios de los cuales no saben diferenciar entre un hecho y el morbo de las imágenes.

Nadie podrá impedir el progreso en las comunicaciones de esos artefactos. Hay que insistir en el buen uso de los mismos, para que no sucedan hechos como los mencionados. No es lo mismo fotografiar un hueco, herbazales, aguas negras, etc., que cuerpos humanos víctimas de accidentes o asesinatos. Causa pesar que en Panamá, debido al aumento de asesinados y heridos por pandillerismo, narcotráfico u otras causas, se pierda la sensibilidad humana y el respeto a los muertos.

Debemos conversar sobre el uso adecuado de celulares y redes sociales con los que nos escuchan. No se pueden esperar niveles de responsabilidad elevados, cuando la capacidad de captar hechos y enviarlos por las redes sociales, queda al alcance de hasta niños. Pueden tomar como relajo actos que ofenden la dignidad humana y ocasionan quizás hasta demandas judiciales. Siempre he dicho que la tecnología no debe afectar el humanismo de quienes la usan. En cuanto a actitudes de niños sobre este asunto, espero que los padres les expliquen el daño que pueden hacer con su “gracia”.


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