Humo

Por: Alfonso Zamora -

La humareda que levanta los arrebatos de la oposición ha asustado a algunos funcionarios porque imaginan que precede a las llamas de un voraz incendio, pero no es más que el estallido de su desesperación por frenar al Gobierno, enredándolo en un diálogo que al final no quedará en nada.

Quizá lo que más temen los funcionarios son las campañas mediáticas que promueven los poderosos medios de comunicación en contubernio con las fuerzas de oposición para frenar la gestión gubernamental.

No podemos entender cómo puede haber diálogo, si quienes lo convocan lanzan todo tipo de acusaciones contra quienes serían sus interlocutores que rayan en lo grotesco, logrando con esto quitar velocidad a la ejecución del gobierno, que tiene un tiempo determinado para cumplir con sus promesas de campaña.

La ciudadanía no comprende cómo una administración se somete a un grupo de profesionales que durante toda su vida han pretendido representar a la opinión pública y que, a base de la confrontación, han hecho pensar que sus acciones son respaldadas por el pueblo.

El fastidio para el pueblo panameño es ver al gobierno perdiendo el tiempo en discusiones estériles con estos grupos opositores, sobre todo porque es bien sabido que sus ejecuciones quedarán en la historia.

Estos personajes deberían ver el ejemplo del presidente Martinelli que, en vez de vivir en los medios de comunicación o en charlas de café, se dedicó a trabajar y por eso es un exitoso empresario y presidente de la República.

Nos preguntamos entonces, si todo lo de su gestión es negativo, ¿por qué problemas tan importantes para la población, como el transporte y el agua, fueron ignorados por quienes hoy tanto reclaman?.

Sin embargo, podríamos estar ante un gobierno que se asusta solo con el humo que queda de lo incinerado, durante veinte años, por estos que ahora pretenden dialogar con condiciones.

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