Infiernillo político

Bueno, bueno, la utilización por abogados de los medios de comunicación de masas para ventilar casos fuera de tribunales y el recurso de los acusados de embarrar

Ramón Jiménez Vélez / Analista político

Bueno, bueno, la utilización por abogados de los medios de comunicación de masas para ventilar casos fuera de tribunales y el recurso de los acusados de embarrar a media humanidad para rehuir responsabilidades, parece ser la tónica de la llamada justicia en nuestro país.

Por cierto que uno de los argumentos para estos juicios paralelos es la supuesta desconfianza en los tribunales que también están integrados por abogados ¿o no?

De paso incluso el Colegio Nacional de Abogados, en su reciente proceso electoral, dejó entrever por varios dirigentes que es beneficioso para la justicia el uso de la comunicación.

Sin embargo, una cosa es la denuncia, las pruebas y argumentos de hechos ilícitos y otra la utilización de los medios para favorecer o perjudicar a los investigados, acusados o víctima.

Esto convierte a los medios en una especie de corregidurías a donde van a ventilar los problemas de las personas para ganar simpatías.

Es una edición de la Tremenda Corte de Tres Patines o del show mediático de la jueza Polo, aunque sin libretistas, ¿o sí?

Otro caso es la junta de embarre de algunos sindicados de algún tipo de acusación de ilícito.

Asumamos el caso de la defensora del pueblo quien, al ser llamada a la Asamblea para rendir cuentas sobre contratos considerados de precios excesivos, dijo que uno de ellos había sido negociado por el Departamento de Relaciones Públicas y ella solo se enteró del asunto cuando lo divulgaron los medios.

Luego quiso también meter en el asunto al MEF y la Contraloría, como diciendo que en todo caso ellos también son culpables, ¿o no?

Otra muestra de esto es la de la imputada del embrollo de la Financial, acusada de desviar millones a sus familiares.

Sin dar explicación de los hechos por los cuales se le enjuician, dijo que los directivos de esa empresa de valores habían hecho transacciones chuecas para apropiarse de un negocio.

Mas no quedó allí, sino que además involucró en el asunto al propio presidente de la República y un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quien la denuncia de amenazas.

Ella, por su parte, ripostó diciendo que la han amenazado, que su declaratoria retractándose la hizo bajo presión y que la mantienen en un celda de castigo. Pero nada del dinero que desvió a su familia.

Bien dijo el renacentista barcelonés, Santiago Rusiñol: cuando alguien pide justicia, es que quiere que le den la razón.

Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.



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