Infiernillo político

Bueno, bueno, a diez meses de las elecciones generales, ya se han iniciado las estrategias de campaña con el objeto de atraer los votos en un torneo

Ramón Jiménez Vélez / Analista político

Bueno, bueno, a diez meses de las elecciones generales, ya se han iniciado las estrategias de campaña con el objeto de atraer los votos en un torneo que aún no vislumbra un claro ganador. Por cierto que los candidatos de los principales partidos (PRD, Panameñista-Popular, y CD-Molirena) han abierto sus campañas con miras a la conquista del poder.

De paso, mientras tanto perredianos como ñames buscan sacarle votos al Gobierno prometiendo continuar con sus programas sociales, y el PRD trata de sumar votos de trabajadores planteando que su gobierno no pondrá de ministro de Trabajo a un sindicalista, de otra parte enfilan su campaña contra el Gobierno y el presidente Martinelli.

Esto lleva un doble propósito. Primero disminuir el efecto positivo de las obras gubernamentales con señalamientos de corrupción, violencia y costo de la vida, y por el otro lado desconocer al candidato José Domingo Arias, a fin de detener su crecimiento en las encuestas.

El objetivo de prometer la continuidad de programas sociales es buscar votos con algo existente frente a la desconfianza del votante respecto de las promesas electorales que, generalmente, son solo publicidad engañosa.

Los panameñistas, por otro lado, distanciados en las encuestas, buscan retomar popularidad, planteando que lo bueno del Gobierno (programas sociales) es de su candidato cuando estaba en el poder, pero lo malo es del presidente, por lo cual no debe reelegirlo la alianza gubernamental para ir contra de lleno contra la corrupción, un tema que, insisto, no es el que mueve el llamado voto de castigo, que al final, no es presumible hacia dónde irá, pues se vota contra alguien y no a favor de alguien.

Esa es una opción a la cual apuestan los sindicalistas del FAD.

Concretamente, la política electoral del PRD es atacar al Gobierno y al presidente ignorando al candidato oficial para restarle votos.

La del panameñista de asumir lo bueno y rehusar lo malo y lo feo del Gobierno para aprovechar sus obras.

El Gobierno apuesta a sus obras sociales y de infraestructura y la descalificación de la oposición.

La de los sindicalistas, presentarse como la verdadera opción popular que triunfe sobre el partidismo corrupto.

Como reza el refrán: Hay más de una forma de desollar a un gato.

Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.



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