Jesús: El pan vivo

Por: Fundación -

Hoy nos recuerda el Señor la necesidad de recibirle en la Sagrada Comunión para participar en la vida divina, para vencer en las tentaciones, para que crezca y se desarrolle la vida de la gracia recibida en el bautismo.

El que comulga en estado de gracia, además de participar en los frutos de la Santa Misa, obtiene unos bienes propios y específicos de la Comunión eucarística: recibe, espiritual y realmente, al mismo Cristo, fuente de toda gracia.

La Sagrada Eucaristía nos fortalece y aleja de nosotros la debilidad, nos libra de los pecados veniales.

También por la frecuente o diaria Comunión, resulta más exuberante la vida espiritual.

La Sagrada Eucaristía aumenta la santidad y la unión con Dios,



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