La era de lo público

Gracias a las redes sociales se han podido denunciar y sancionar diversos actos antisociales. A manera de ejemplo tenemos el caso de la mujer que fue filmada cuando tiraba basura a un río, y más recientemente el de dos mujeres, que abordo de un automóvil, sin saberse si bajo los efectos de alcohol, drogas o por pura gracia, se exhibieron desnudas en un auto en movimiento.

La realidad es que vivimos en la era de lo público gracias a las redes sociales, que permiten informar en tiempo real de situaciones relevantes y algunas no tanto, dependiendo del uso que se haga de las mismas.

Es por ello que resulta contraproducente e inoportuno, por decir lo menos, que el Ministerio Público, a través de un proyecto de ley, pretenda regular o establecer cortapisas a las redes sociales, so pretexto de reprimir los supuestos acosos que se cometen a través de estas.

Es muy peligroso para un régimen democrático que los entes investigativos pretendan limitar o coartar estos mecanismos tecnológicos, usados para las expresiones anímicas de apoyo, rechazo o simple desahogo social, por parte de los ciudadanos.

El concepto clásico es que a las libertades de expresión, información y opinión, no se les pude poner cortapisas, y que las consecuencias legales por su ejercicio irresponsable, siempre ocurren a posteriori, nunca apriori, porque de lo contrario se impondría la autocensura y el silencio cómplice.

Por ello, la ciudadanía debe rechazar con toda su energía el mamotreto del Ministerio Público que pretende controlar las redes sociales, ya que se estaría sentando un nefasto precedente, y una dinámica propia de regímenes despóticos y autoritarios, enemigos de la democracia, que desean controlarlo todo.