La foto con los dos sargentos

Por: Hermano Pablo -

«Todo el trayecto hacia el lago de La Arenosa conversamos sobre pesca. Mi papá, que es un experto..., me explicaba cómo atrapar los sargentos.... Por ahora me conformaba con un sargento de dos libras. En verdad, me conformaba con atrapar un solo pescado de cualquier tamaño....

»¡Qué bello paraje ecológico! Desde lo alto, se divisaba el majestuoso lago Gatún, del cual La Arenosa es un brazo....

»Cuando llegamos... ya eran casi las seis de la mañana.... Cuando vi acercarse la lancha al muelle para recogernos..., el guía, un chico trigueño de no más de veinte años..., daba muestras de ser un experto pescador y conocedor del área. Era dueño de su propio bote de aluminio, de alrededor de dieciséis pies, junto con su motor de quince caballos....

»Por fin, llegamos al punto de pesca....

»Luego de un par de horas... trataba de pescar algo, pero... casi había perdido las esperanzas.... Esto de la pesca no es tan divertido como parecía, pensé.

»Ya me sentí frustrado y con ganas de regresar a casa cuando sentí un jalón.... Ya había subido al bote cantidad de algas, que pensaba eran sargentos; dos palos podridos y hasta un zapato viejo; pero nada de peces. Así que cuando sentí el jalón, pensé que era otro desperdicio. Pero no. A casi treinta pies de distancia, se levantó el pez más grande que había visto en mi vida....

»¡Diez libras: un sargento de diez libras! No más de 15 minutos después, saqué otro casi del mismo tamaño. Mi papá me tomó una foto con mis dos presas. Casi no podía levantarlos con el brazo, por el peso.

»Un tiempo después, la foto con los dos sargentos fue solicitada a mi papá. Aparece en el Internet como muestra de la buena pesca que se atrapa en los lagos panameños. Creo que si los hubiera atrapado él [mismo], no se sentiría tan orgulloso mi papá.»

¿Qué nos enseña este cuento del escritor panameño Felipe Argote? Que no nos traguemos el cuento de que el manifestarles a nuestros hijos que estamos orgullosos de ellos pudiera hacer que se vuelvan presuntuosos. Sigamos más bien el ejemplo del padre de Argote, quien a su vez siguió el ejemplo del apóstol Pablo. Pues a sus hijos espirituales San Pablo les dijo: «¿Cuál es nuestra esperanza, alegría o motivo de orgullo...? ¿Quién más si no ustedes? Sí, ustedes son nuestro orgullo y alegría.»

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