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LA FUERZA PÚBLICA DE PANAMÁ Y EL ESTADO DE DERECHO
Resulta irónico y paradójico a la vez, que esos ciudadanos busquen aplicar un método de cambio de poder, similar al planteado actualmente en la Mesa Única de Diálogo, instalada en la ciudad de Penonomé…
La ausencia de golpes militares en las últimas décadas en América Latina, ha permitido el exitoso desarrollo “Democrático”, contribuyendo a profesionalizar las Fuerzas Armadas y Policiales; las cuales aceptaron de manera altruista y con alto espíritu de nacionalismo, el “Control Civil”; integrándose de forma activa en el devenir de sus pueblos, a fin de garantizar la estabilidad política constitucionalmente establecida.
Sin embargo, en nuestra región tenemos tres “malos ejemplos” donde el poder militar es parte del andamiaje de la administración del Estado, tal es el caso de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países izquierdistas y autoritarios.
En Panamá, hace más de 32 años existió el poder militar, pero, fue un proceso revolucionario que hizo cambios profundos en la sociedad panameña, provocando grandes beneficios y conquistas para la Patria…..el mejor ejemplo, “La reversión de la Zona del Canal y su entera administración a manos panameñas”.
Hoy, algunos “elementos” desfasados, ex miembros de la Guardia Nacional, quienes fracasaron en su “intentona golpista militar”, pretenden irrumpen en las redes sociales, con claros llamados a la insubordinación en las filas castrenses; instigando a que se tomen el poder por la fuerza, desconociendo la autoridad civil, buscando copiar los modelos Chavistas, respondiendo a intereses oscuros, para hacerse del poder.
Resulta irónico y paradójico a la vez, que esos ciudadanos busquen aplicar un método de cambio de poder, similar al planteado actualmente en la Mesa Única de Diálogo, instalada en la ciudad de Penonomé…
¡Me saltan preguntas!
¿Ese tiro al aire de ese “francotirador” aislado y recalcitrante, responde a un plan mayor de políticos criollos?
¿Provocar mayor desasosiego en nuestro país, para influir en un mayor nivel de “Ingobernabilidad”, a quién beneficiaria?
En este contexto, no podemos soslayar que después de un “largo” proceso de más de 30 años, la Fuerza Pública de Panamá, empezando con el ministro de Seguridad Juan Pino, está conformada y dirigida por oficiales superiores, quienes cuentan con un alto nivel de preparación y profesionalismo y lo más importante, con “profundo sentido de democracia y obediencia al poder civil”.
Todo aquel que ose llamar a la insubordinación, incitar y desconocer la autoridad del Presidente de la República, como lo están haciendo algunos ex militares frustrados, deberían recibir el repudio absoluto del pueblo panameño, incluso deben ser llevado a la justicia por insurgentes, ante el flagrante delito contra la seguridad pública, estabilidad e integridad interna del Estado.
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