Legado
Se fue como solo las almas buenas, tienen el privilegio de hacerlo: durmiendo plácidamente en su cama. Ahora que el Eximio representante de las artes plásticas panameñas, Alfredo Sinclair, es parte de la eternidad, le toca a la sociedad recoger su legado y hacerlo conocido.
Para ello, el Instituto Nacional de Cultura (INAC), como ente estatal responsable de atesorar y divulgar el patrimonio cultural de la nación, le toca la necesaria labor de alimentar con savia vital el árbol de la cultura nacional.
Es por ello, que las autoridades rectoras de las manifestaciones artísticas deben ir, desde ya, pensando en la creación de un mecanismo que garantice que la obra de Sinclair, Palomino, Chong Neto, Dunn y otros grandes de la plástica panameña, no se pierda.
Hace muchos años el gremio de los radiodifusores acuñó la frase esa tan famosa de que “un pueblo sin música, es un pueblo sin alma”, parafraseando la oportuna oración, igualmente podemos decir que un pueblo sin memoria de sus artistas es un pueblo sin sentimientos.
Es por ello que exhortamos al Instituto Nacional de Cultura, a que se busquen los mecanismos jurídicos y organizativos necesarios para lograr mantener de manera sistemática el legado de nuestros artistas como memoria histórica de la evolución de la cultura panameña.