Mal mensaje
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El reciente caso en que una juez de garantías dejó en libertad a un delincuente que penetró en una habitación privada, cuchillo en mano, con la intención de robar, pero luego fue sometido por su víctima y entregado posteriormente a los agentes de la autoridad, manda un mensaje muy negativo a la sociedad.
Peor aún, no habían pasado 48 horas de su cuestionada liberación cuando el maleante volvió a delinquir.
El mensaje ominoso es que se puede delinquir con la garantía de que la administración de justicia va a estar de lado del que viola la ley, en vez de proteger a la víctima del delito.
Haciendo un despliegue de un excesivo garantismo, quienes administran justicia penal dentro del llamado Sistema Penal Acusatorio (SPA) no saben el daño que le hacen a la sociedad, al aplicar lenitivamente sus postulados, convirtiendo el sistema, más en un vehículo para la impunidad, que en un instrumento para la búsqueda de la justicia.
Durante la época de la revolución francesa, una de sus figuras exclamó: “Libertad, libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”, así mismo en la época actual en nuestro país, podríamos decir: justicia, justicia, cuántas injusticias se comenten en tu nombre”.
Qué puede pensar la víctima de ese ladrón, la cual arriesgó su vida al momento de enfrentarlo, o mejor dicho qué puede pensar la sociedad panameña cuando ve, impotente y estupefacta, que existe preferencia sobre el delincuente, en desmedro de la víctima.
Que estos jueces mediten sobre sus actuaciones antes de que sea demasiado tarde.