Mentales

Por: Por Milcíades Ortiz Catedrático -

El señor tenía unos 60 años, y se veía tranquilo. Hablaba con voz baja y pocas veces me miraba a los ojos. Era subsecretario de un juzgado penal en los años 60 del siglo pasado. Había revisado su historial policivo, donde aparecían varias condenas por molestar a niños al tocarlos de manera indebida. No pude contener mi curiosidad y le pregunté que por qué lo hacía. Dijo que su trabajo era de empleado en una tienda.

Con voz grave señaló que sabía que lo que hacía era malo. Indicó que “una nube roja pasaba por sus ojos cuando veía a un niño”. Entonces… lo tocaba. Y volvía a la cárcel por meses. Otro caballero era un contador hijo de un señor con dinero. Tenía un buen sueldo. Sin embargo, algunos domingos falsificaba un billete de lotería para estafar unos cuantos balboas. Era una vergüenza para sus familiares que no entendían las razones por las que lo hacía.

Ese varón cada cierto tiempo violaba a una mujer. Usaba la fuerza, embustes y hasta drogas. Por lo general las afectadas no lo denunciaban por pena. De nada le sirvieron los meses en los que estuvo preso una vez. Su personalidad lo impulsaba a desgraciarle la vida a una mujer cada cierto tiempo. Con los años y estudios, supe que estos personajes sufrían de trastornos mentales, enfermedad que no era tratada en las cárceles ni en consultas médicas particulares. Es más, por años no se aceptaba este mal. La Organización Mundial de la Salud considera que en el mundo una de cuatro personas sufre algún tipo de trastornos mentales.

En Panamá, las autoridades de Salud saben que uno de cada tres compatriotas está afectado de algún nivel de depresión. En los últimos años hemos visto el aumento de las tensiones por diferentes razones. Por eso hay muchos casos de violencia comunitaria. Esta afecta a vecinos, conductores de automóviles, estudiantes, etc. A lo mejor la actitud de algunos políticos que año tras año tratan de alcanzar un puesto público, y no aceptan que el pueblo no los quiere, sea quizás porque sufren de algún trastorno mental. (Nota: están haciendo obras que destruyen miles de árboles. Dicen que las empresas se ven obligadas a reforestar. ¿Realmente hay un seguimiento para comprobar si esas reforestaciones son efectivas?).

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