Miel

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Los problemas de la producción nacional de alimentos para abastecer este pequeño país no son nuevos. Hace muchos años, el doctor Arnulfo Arias, con su forma especial de hablar, señaló que podríamos terminar comiendo “yuca con miel”. No tomó en cuenta el expresidente que Panamá es un país rico. Por lo tanto, si no produce comida para su pueblo…, ¡la compra en el extranjero! Por eso su advertencia quedó como algo folclórico… Actualmente, no se producen suficientes alimentos para el pueblo panameño. Todos los años se ven disminuir las siembras de granos por razones diversas. Ahora se le quiere echar la culpa al cambio climático, “El Niño” y “La Niña”. Productores realistas señalan que por años han ocurrido esos fenómenos, aunque con menor intensidad. Por eso tal vez los gobiernos no han hecho caso a los problemas agropecuarios. Si faltan arroz, porotos, maíz, etc., ¡cómprenlos en la Conchinchina! Así no habrá escasez de comida en el país. Desde hace dos años se están dando bonos de incentivo económico para que se siembren más hectáreas. Sin embargo, varias razones nos indican que no se ha podido conseguir aquel sueño de muchos gobiernos de “producir lo que consumimos”. Un país envuelto en asuntos judiciales, donde existe la malicia ciudadana al extremo, tal vez no le importe que cada año se deje de sembrar comida. Para los centros de poder y los ciudadanos de la capital y principales ciudades, lo que importa es que haya arroz, maíz, porotos, etc. en los platos. No interesan los millones de balboas que van a dar a campesinos extranjeros. Los historiadores indican que esta situación no es nueva. Desde antes de la separación de Colombia se conocía la pugna de intereses entre “los del campo” y los adinerados “de las ciudades”. Facilidades de puertos permitían conseguir comida en cualquier país si no se producía en los campos. El desarrollo económico sigue señalando la supremacía de los comerciantes sobre los productores. A los pequeños productores no se les tomaba en cuenta. La historia registra protestas de productores de Tierras Altas de Chiriquí y las provincias centrales desde hace decenas de años. A veces los productos extranjeros son de mejor calidad que los nacionales. Sin embargo, no se consideraba que un campo productivo dará empleos a miles de personas, que no tendrán que venir a las ciudades en busca de mejores días.


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