Reparto del poder
Un acuerdo para repartirse la Presidencia de Panamá por 10 años. Así de burdo como suena, esa era la propuesta que impulsaba un sector del poder económico para los partidos de oposición.
Los promotores de este plan -autoproclamados defensores de la democracia panameña- se olvidaron de que los mandatarios los ponen los ciudadanos con sus votos y no el dedo ni un acuerdo promovido por una tripleta.
Cinco años en la presidencia para Varela y otros cinco para Navarro. Así de fácil.
Hay que recordar que esta "propuesta para salvar la democracia" fue realmente el plan B que surgió cuando fracasó su intención original de bajar a ambos candidatos opositores para subir a una figura elegida de a dedo.
Tanto con el plan A como el B se echaban por la borda 23 años de avances en la democracia de este país, donde los mandatarios salen por el voto que cada quinquenio depositan en las urnas los electores.
Panamá superó los tiempos de la patria boba, donde desde acuerdos de recámaras, que ahora se reemplazaron en reuniones en yates de lujos y mansiones de playa, se imponían los futuros Presidentes de la República.
Esta gente olvida que un Presidente no nace de un laboratorio ni por una propuesta empresarial, un candidato llega al poder por el voto del pueblo y éste se logra recorriendo los caminos polvorosos de todos los barrios del país.