Siembra amor para una Navidad diferente
Diana Nereyda González El 30 de noviembre celebré mi cumpleaños. Mis amados hijos planearon una fiesta, se veían muy felices preparando un dulce casero,
Diana Nereyda González
El 30 de noviembre celebré mi cumpleaños. Mis amados hijos planearon una fiesta, se veían muy felices preparando un dulce casero, colocando globos, organizando la cena para compartir en familia y con amistades.
Ese mismo día muere repentinamente el actor Paul Walker, de la cinta cinematográfica Rápido y Furioso. - ¡Qué desgracia!- exclamó mi amiga Hilda, mientras veía en el reporte noticioso los hechos del accidente automovilístico.
Era como un films, sólo que esta vez, se trataba de la vida real, la velocidad lo atrapó y le robó las ilusiones. Pensé en voz alta y dije: La vida es como una película, somos los grandes protagonistas de nuestro propio destino.
Para mis hijas, Diana y Silvia, este accidente les parecía algo imposible. Se trataba de un actor con un futuro formidable, en pleno rodaje de una cinta multimillonaria y con una hermosa familia.
Mi otro hijo dijo: –Ay mamá por qué estas cosas pasan, que triste Navidad pasarán su hijos. Su interrogante no me extrañó, es típico de un niño que jamás se imaginaría un mundo sin padres, sin árbol de Navidad, sin futuro. En este instante en cualquier parte hay muchas familias como la de Paul Walker que lloran la pérdida de un ser querido; en el vecindario, en la oficina, en la iglesia, en nuestro círculo social hay personas afligidas y con dificultades.
Fuera de nuestra burbuja hay decenas de seres humanos esperando por un abrazo, por una señal de hermandad, y sobre todo aguardando por las buenas nuevas de la llegada del Mesías.
Retomemos la enseñanza del Nacimiento del Salvador del Mundo y seamos solidarios. Seamos agradecidos por la bendición de tener nuestras familias y poder pasar una Noche Buena en unión. Hagamos una siembra de amor por aquellos desamparados para una Navidad diferente