‘Viernes negro’, ¿qué dejaste?
E l deseo de conocer los pormenores sobre el día de Acción de Gracias y el novedoso sistema de compras conocido como “viernes negro”, me llevó el
E l deseo de conocer los pormenores sobre el día de Acción de Gracias y el novedoso sistema de compras conocido como “viernes negro”, me llevó el año pasado a los Estados Unidos, en compañía de mi esposo; y así como nosotros, encontramos a otros panameños, motivados por hacer compras. Los medios informaban sobre las más extravagantes decisiones tomadas por los compradores para aprovechar las ventas, pero nunca imaginé que se diera en Panamá.
Este año, la fortaleza de mi Panamá, el país de las oportunidades -como centro internacional de compras- se evidenció el pasado viernes, cuando cientos de establecimientos comerciales, instalados principalmente en los “malls”, se declararon en “viernes negro” para ofrecer a los nacionales esta novedad, y también a extranjeros que viajaron para aprovechar las ofertas de mercancías, que en sus países cuestan mucho más.
Es evidente que esta actividad foránea, que se adoptó en tiempo récord, fortaleció el turismo nacional y, benefició en cadena el transporte, hoteles, restaurantes, hasta llegar al pequeño y microempresario, que también aporta al desarrollo económico nacional.
Negocios que a la fecha registraban números rojos, vieron cambiar las cifras a negro, que es el origen del nombre de esta actividad económica.
Comentarios diversos sobre el evento coinciden en que fue todo un éxito en su primera versión, y que no tiene nada que pedirle a los Estados Unidos; sin embargo, considero que como país de tránsito, estamos expuestos a influencias externas, que influyen en nuestra integridad nacional. Y, este fenómeno que se vivió -el “viernes negro”- demostró lo frágil que es la conservación de nuestra identidad.
Se llegó a comprar lo que se necesitaba y hasta lo que no era necesario, transformándose en compradores impulsivos.
Felicidades a los que lograron hacer buenas compras; al comercio, que se hizo de un ingreso adicional con la llegada de extranjeros; al Gobierno por apoyar esta actividad comercial; y los que por diversas circunstancias no hicieron compras, a planificarse para los próximos años. ¡Ahhh!, olvidaba destacar esa idiosincrasia propia del panameño, la jocosidad que salió a relucir cuando promovían el “viernes negro” del guandú, grano que complementa el arroz y que ha subido su precio; del lava- autos, de los vendedores ambulantes, y hasta de las casas de ocasión, que se recomendaban a un 70% de descuento.
En esta primera experiencia, son oportunas todas las sugerencias pero, cuidado, no olvidemos conservar nuestra identidad sólida sin caer en el consumismo sin sentido; con un norte, beneficiarse de esta apertura económica que vive el país, y apoyar en la medida de lo posible, con el despegue comercial de Panamá. Entonces, ¿qué nos dejó el “viernes negro”?