Vocación

Por: Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

La primera vez que conocí las dificultades de hacer periodismo en Panamá tenía menos de quince años. Estaba en el Instituto Nacional y con amigos inventamos hacer un mural. Los temas eran variados, pero se destacaba un “periódico mural” mío, en el que señalaba cosas que consideraba no eran las mejores en la enseñanza que recibía. Varios profesores protestaron y el rector de la época nos citó para decirnos que no permitiría la continuación del mural. Estaba frente a lo que años más tarde supe que era un “ataque a la libertad de expresión”. Hicimos los alumnos una protesta y botamos al rector. Pensé que no tendríamos problemas con el nuevo rector. Nos equivocamos. Meses después se repitió la presión de la autoridad contra nuestro deseo de hacer “periodismo”. Fue contundente. Si escribía una página más… ¡me expulsaba del colegio!

Tuve que hacerlo… pero no acepté la censura. ¡Me fui a la clandestinidad! Inundaba el Instituto con volantes críticas sin mi nombre. Aprendí a corta edad cómo disimular, buscar momentos adecuados para lanzar las volantes, etc. Nunca pensé que más de treinta años después, esa experiencia me serviría en mi lucha comunicativa contra la dictadura. He ejercido el periodismo de una u otra forma por más de sesenta años. En la época “politiquera” aprendí que los medios defienden los intereses de sus dueños. En la dictadura, cómo expresar las ideas cuidando palabras, para no molestar a los militarotes. En la democracia luego de la invasión, a seguir criticando lo que considero negativo. Ejercí como profesor de Periodismo por 43 años en la Universidad de Panamá. Traté de señalar la realidad de esta profesión a los jóvenes. También el compromiso de ser Agente de Cambio para buscar mejores días para Panamá.

Es notorio el cambio periodístico en sesenta años. Principalmente en la participación de la mujer. Hace años se pensaba que ellas solo servían para sociales y cocina. Pero siguen algunas situaciones negativas. Gente se quiere aprovechar de nosotros para lograr sus propósitos. Eso se llama “tomarnos de canal”. Se dice que somos superficiales, estimulamos el morbo, etc. Las tecnologías transformaron el periodismo, pero no cambian trabajar con ética y valores. Enorme satisfacción tengo en saber que mis exalumnos han modernizado el periodismo actual. En diciembre cumpliré 53 años de ser el Primer Egresado de la escuela de Periodismo. Considero que no sé todo sobre el periodismo… y no me arrepiento haber seguido mi vocación. (Ojalá hagan el “Batallón Gallote” para recoger la basura antes de que venga el papa).

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