Cambió las balas por la Biblia
Alrededor de 500 niños y adolescentes luchan en la actualidad para poder liberarse de las garras de las pandillas en diversos puntos de la ciudad
Alrededor de 500 niños y adolescentes luchan en la actualidad para poder liberarse de las garras de las pandillas en diversos puntos de la ciudad capital.
Esta lucha de largo plazo se encuentra en manos del Movimiento Antipandillas, dirigida por su presidente, Eric Batista, de 44 años, quien era conocido en el bajo mundo como “La Barbie”.
La fundación, que tiene su centro de operación en Calle P, en San Miguel, corregimiento de Calidonia, busca establecer un mensaje de Dios para rescatar a los jóvenes de las calles y a quienes son atrapados por el mundo delincuencial, conformado por las pandillas.
El trabajo de sacar a los adolescentes de la problemática que reina en los barrios marginados es muy difícil, pero todo dependerá de la voluntad que ellos tienen, señaló el encargado de la organización sin fines de lucro, quien antes de ejercer el nuevo rol ante la sociedad era miembro de una peligrosa pandilla que realizaba labores de sicariato en Panamá y Centroamérica.
“Los jóvenes que se nos acercan lo hacen por la presión que tienen encima; uno, por haber cometido un delito grave, como robo u homicidio, lo que los obliga a buscar ayuda en muchos de los casos”, explicó con seguridad el reconocido expandillero.
En otros casos, llegan por haber recibido un balazo y han sobrevivido milagrosamente. Esa situación los hace especiales, ven la vida desde una perspectiva positiva; a pesar de la experiencia que han pasado, buscan el cambio, manifestó.
“Incluso, varios de estos jóvenes pandilleros, como muestra de cambio, nos han entregado voluntariamente sus armas de fuego, las cuales han sido entregadas a las autoridades”.
Con voz madura y seguridad, el hoy pastor señaló que de este modo se demuestra que la labor del Movimiento Antipandillas tiene efecto en los jóvenes, a pesar de su corto tiempo: tres años de creación.
“El apoyo que les brindamos es buscar la salida por la puerta de la resocialización, y por tal causa soy un motivo que todos tenemos oportunidad”, manifestó.
Las edades de los jóvenes oscilan entre los 13 años y los 21; en unos casos, quieren salir de ese mundo para seguir estudiando. Y los más adultos para buscar un digno empleo, reveló.
Nuestro grupo mantiene dirigentes de apoyo como pastores en San Miguelito, Aguadulce, distrito de Arraiján, El Chorrillo, Pueblo Nuevo, Curundú y Calidonia, donde la situación de las pandillas es el matiz por vencer.
La mayoría de los jóvenes que se encuentran atrapados son de barrios o zona rojas, donde las oportunidades están limitadas, por lo cual son atrapados por los grupos organizados dedicados a la delincuencia, dijo.
El Movimiento Antipandillas tiene muchas necesidades para responderles a los jóvenes en riesgo social, quienes se acercan a sus puertas a pedir apoyo.
Sin embargo, por medio de la palabra de Dios, los reciben y hacen que escuchen y aprendan de Cristo que aún existe salvación para ellos en estos días.
“Como agrupación, hemos encontrado de cierta forma apoyo de pocos empresarios y de algunas entidades públicas, que nos ayudan a reforzar el objetivo que es nuestra causa”, explicó.
Batista explicó que él integró una pandilla en la década de los 90, y que la muerte de su hijo del mismo nombre, fallecido en un incendio registrado la tarde del 9 de enero de 2011 en las celdas del centro de cumplimiento de menores de Tocumen, lo obligó a ayudar a jóvenes para que tomen el buen camino y se alejen de las pandillas.
La prevención es nuestro mayor aporte en los barrios, los deportes son una herramienta que hace que los niños y adolescentes se mentalicen en cosas positivas y así eviten las garras de las pandillas.
Poner en práctica la palabra de Dios es la forma más importante para que nuestros niños, se apoyen en lo espiritual, enfatizó.
Actualmente se acercan en la madrugada a los sectores peligrosos o zonas rojas, como Calle 25 de El Chorrillo; allí, líderes del movimiento, con megáfonos en manos solicitan a los pandilleros a través de mensajes bíblicos que entreguen sus almas y sobre todo se den una oportunidad de vida.
Se necesita más apoyo de la empresa privada, no se cuenta con algún proyecto de construcción de un verdadero centro de rehabilitación en el área de San Miguel con todo lo necesario para poner el práctica el 100 por ciento de los planes de resocialización.
De igual forma, le solicitan el apoyo al Gobierno Nacional para que este proyecto se haga realidad.
Batista solicitó a los líderes de las pandillas como a las capas medias que las muertes en los barrios cesen, para que no haya más derramamiento de sangre.
De igual forma, exigió a la Policía Nacional que ponga atención en lo que sucede y que de una vez por todas se frenen los delitos.
A los jóvenes pandilleros les recordó que hay todavía días de conversión y que los trabajos de recreación que realiza el Movimiento Antipandillas es para ellos con un solo fin, que salgan de ese mundo delictivo y siempre recordando: “Que el único que cambia la vida del pandillero es Jesucristo”.