Continúa investigaciones por muerte de recluso

El sangriento suceso se reportó a las 2:20 de la tarde de ayer , lunes en el Pabellón 6, del centro penitenciario La Joyita, ubicado en el corregimiento de Pacora, informó un comunicado de prensa del Sistema Penitenciario Nacional.



Carlos A. Rodríguez / Crítica

Las autoridades de Criminalística de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) y del Ministerio Público continúan las investigaciones en torno al asesinato de  José Luis Velásquez Pino, de 37 años de edad, quien recibió un puñalada mortal en el abdomen, en medio de una riña con otro privado de libertad.

El sangriento suceso se reportó a las 2:20 de la tarde de ayer , lunes en el Pabellón 6, del centro penitenciario La Joyita, ubicado en el corregimiento de Pacora, informó un comunicado de prensa del Sistema Penitenciario Nacional.

Pasaron 34 días para que se reportara el primer crimen dentro de las cárceles en el país, en el presente año.

Velásquez fue sacado del pabellón y trasladado por la seguridad interna a las instalaciones de la clínica Virgen de la Merced, ubicada dentro del citado complejo carcelario.

A pesar de los esfuerzo del personal médico, se le dictaminó su fallecimiento diez minutos después de su llegada.

La víctima había ingresado a la cárcel La Joyita el 11 de julio de 2008.

Actualmente cumplía dos condenas. Una por el delito de robo agravado y el segundo delito contra el patrimonio por los cuales le habían dado 90 y 84 meses respectivamente, reveló la nota de prensa.

Se conoció que el agresor fue detenido y puesto a órdenes de la Unidad de Homicidio de la Fiscalía Auxiliar de la República.

De igual forma, se ordenó realizar una revisión en dicho pabellón.

Actualmente, buscan establecer qué motivó la riña entre ambos que terminó fatalmente con un homicidio.

Durante el año pasado, se reportaron al menos 10 casos de homicidios dentro de las celdas de las cárceles del país.

Las autoridades carcelarias realizan requizas periódicas dentro y en los alrededores de las estructuras, con el fin de ubicar armas punzocortantes y otros artículos.

En esta ocasión, los reclusos utilizan cualquier modalidad para ocultar dichas herramientas, con el objetivo de defenderse y otro de mantener el territorio en poder de las organizaciones criminales, en este caso pandillas.


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