Dicen adiós a niño asesinado en Colón
Tristeza y dolor era lo que se sentía en la Iglesia San José Paulino, donde fue despedido con una ceremonia religiosa el niño Kevin Armando Torres Martínez,
Tristeza y dolor era lo que se sentía en la Iglesia San José Paulino, donde fue despedido con una ceremonia religiosa el niño Kevin Armando Torres Martínez, de 8 años, asesinado de un disparo en el cuello, por pandilleros.
Su humilde familia oriunda de Colombia, tuvo que recurrir a donaciones para darle cristiana sepultura, ya que su padre solo hace trabajos informales de buhonería.
La iglesia reunió a sus padres, su hermano, otros familiares, amigos, docentes, y a sus compañeritos del II grado C de la Escuela República de Bolivia, en Colón.
José Obregón, director de la escuela donde estudiaba Kevin, dijo que era un niño tranquilo, con una difícil situación económica, y las esperanzas de sus padres estaban en su educación, la que fue interrumpida por la violencia.
“Hay que parar esto como dice el profesor, hay que parar esta violencia, ya está bueno de que cada día caiga un niño inocente en su pelea con su pandilla”, dijo en llanto el padre del niño fallecido.
Kevin soñaba con convertirse en un policía para poner orden, pero irónicamente un pandillero que le disparaba a otro el que lo hirió con una bala que destruyó sus deseos.