¡Fue un error... pensé eran enemigos!

Esa es la versión que presuntamente que dijo Jason al teniente José Mojica, que forma parte del grupo que lo buscaba por tierra, mar y aire, luego del asesinato de Valdés, perpetrado a las 6:45 p.m.
¡Fue un error... pensé eran enemigos!

¡Fue un error... pensé eran enemigos!

Por: Redacción / Crítica -

¡Fue un error, estoy arrepentido, pensé que eran los enemigos!, le expresó Jason Azarías Abimael Acosta Santamaría a los dos policías que se encontró en Coco del Mar frente al Club Hebreo a eso de las 10:50 p.m. del lunes, horas después del asesinato de siete tiros del sargento Rigoberto Valdés.
Esa es la versión que presuntamente que dijo Jason al teniente José Mojica, que forma parte del grupo que lo buscaba por tierra, mar y aire, luego del asesinato de Valdés, perpetrado a las 6:45 p.m. cuando integraba una caravana de autos que iban a realizar un allanamiento antidrogas en la casa de un tal Omar, en la calle 8va. de Panamá Viejo.
Jason, un joven larguirucho de 1.80 metros y 19 años, llegó ayer a la sede del Sistema Penal Acusatorio con grilletes, esposado y en medias, de color azul. Vestía el mismo short de jeans con el que fue capturado y un abrigo negro. Una gordita que dijo ser su hermana le gritó: ¡papi estoy contigo! a lo que el chico respondió: ¡mami, yo te amo! Una niña -sobrina del imputado- dijo a toda voz: ¡Jason, te quiero mucho!
Hay algunos elementos extraños en torno a Jason. Su residencia habitual era en el sector de La Feria, edificio Alto de los Ángeles, en Colón, pero por alguna razón no podía estar en esa zona. La Fiscalía alega que estaba viviendo en la casa de calle 8va. de Panamá Viejo, donde Omar, contra quien iba dirigido el operativo. En el sector de los cangrejeros se comenta que hace un tiempo a un pariente de este sujeto lo asesinaron de manera atroz.

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El 14 de noviembre, la Fiscalía de Drogas montó un allanamiento excepcional. Eran cuatro autos para la diligencia. El Nissan B13 gris con placa 993351 conducido por el subteniente Abel Pino, y en el que viajaban el sargento Valdés, de 39 años, el agente Daniel Salinas y Ricardo Vásquez, encabezaba el convoy.
El Nissan que iba con vidrios abajo se estacionó cerca de la casa de Omar, había un grupo de sujetos y desde un costado -con la cobertura de un Hyundai- un sujeto de suéter rojo empezó a disparar y alcanzó a Valdés que iba en el asiento trasero detrás del conductor.
Con una 9 milímetro tauro ncx 46991 le propinaron siete tiros al sargento, quien sirvió de escudo humano de sus compañeros y falleció media hora después en el hospital San Miguel Arcángel. El agente Salinas -quien había resultado herido levemente con dos rozones- intentaba auxiliar a Valdés y le daba ánimos; su compañero Vásquez fue alcanzado también con un disparo en una pierna.
El subteniente Pino respondió los disparos. Se observa que el sujeto de suéter rojo tira la 9 a unos arbustos y cruza como una flecha los 4 años de la vía Cincuentenario y la cerca de ciclón con rumbo hacia los manglares de Panamá Viejo.
Los videos de ese momento difundidos por Crítica y TráficoCPanamá fueron utilizados por la Fiscalía para imprimir siete imágenes del sujeto en huida. Además, se ordenó una revisión de las cámaras de seguridad de la casa de "Omar", pero resultó que el sistema de vigilancia no estaba operativo.
En las fotos impresas no se observa claramente la imagen del autor de los disparos. Un teniente que participó en el operativo y que dos semanas antes había verificado a Jason en un auto Kia, fue el único que lo reconoció.
Reconocimiento que se dio al recordar que el imputado aparecía registrado con tres nombres y en la cédula se repetían los números, algo muy llamativo, que incluso a la Juez de Garantías le causó curiosidad, porque al momento que Jason Azarías Abimael se presentaba en la audiencia, le volvió a preguntar si en realidad él tenía tres nombres.
El agente Salinas explicó que a consecuencia de la situación no observó quién disparó, pero Ricardo Vásquez y un policía de apellido De León, que iba de copiloto en el Nissan atacado, sólo dijeron que se trataba de un sujeto de suéter rojo.


Echando un cague
Horas después de lo sucedido, Jason Azarías Abimael Acosta Santamaría se encontró de frente en el área playera de Coco del Mar frente al PH las Llamas y el Club Hebreo con dos policías y alegó ser un indigente que estaba haciendo sus necesidades...echando un cague en la lama. Se le preguntó su nombre y no mintió. Iba sin el suéter rojo, sin chancletas, mojado y lleno de arena.
Durante la audiencia, Jason se mantenía atento. Un familiar le había facilitado unas sandalias tipo cross. Dos sillas lo separaban de su defensora de oficio Siglinde Amparo González y a su derecha e izquierda estaban dos policías con chalecos y pasamontañas que lo custodiaban. De vez en cuando miraba hacia atrás...buscando el único rostro amigo...el de su hermana la gordita.


Pueden ser 50 años
Cuando el fiscal leía los 5 cargos que le imputaron, Jason se hundió en su asiento y se puso sus manos esposadas sobre la cabeza. La pena que le correspondería sería la máxima: 50 años de prisión. En un momento levantó su mano para decirle a la juez Oris Medina que quería hablar, pero ésta le recomendó primero discutir esa posibilidad con su defensora Siglinde, quien sostuvo que su representado no vestía ninguna prenda de color rojo.


Alega que policías lo maduraron
Tras un breve receso, Jason alegó que había sido golpeado por los policías cuando fue capturado y que se le obligó a firmar un documento donde reconocía que se le habían leído sus derechos. Su abogado pidió declarar ilegal la detención por esas causas, pero el abogado de la Policía, Ernesto Antuna lo desmintió y dijo que las heridas se las propinó en su escape al escalar una malla de ciclón y que los policías saben que si incurren en abusos, ponen en peligro su trabajo.

Antuna destacó que las dos unidades sobrevivientes fueron amparadas por Rigoberto Valdés, quien dejó en la orfandad a dos hijas de 15 y 7 años. "Con las disculpas de la viuda, pero el sargento sirvió como chaleco antibalas para proteger a sus compañeros", destacó el abogado, mientras consolaba a la esposa del uniformado, quien rompió en llanto al escuchar lo que decía el jurista.
La juez decretó la detención por homicidio doloso agravado, homicidio en grado de tentativa, por el delito contra la seguridad colectiva, posesión ilegal de arma de fuego y explosivos y por el delito contra los servidores públicos en la modalidad agravada.
Oris Medina preguntó ¿quién me asegura que usted no se quitó el suéter y lo tiró por ahí?, esto ante los señalamientos de que la persona que disparó tenía un suéter rojo.
La jueza cuestionó de qué hacía él en esa vestimenta de pantalón corto y chancletas en Panamá Viejo, si él era de Colón y acotó. "Qué hacía en un manglar y dijo que era indigente, si usted tiene su hermana con quien vive en Colón"
Se le sugirió a Jason la posibilidad de pactar un acuerdo de pena y se decretó un receso para abordar el asunto con su abogada, pero a los pocos minutos, el imputado salió del salón de audiencia custodiado por los dos policías: iba rumbo al baño. Se tomó su tiempo...nuevamente parece que hacía la mayor. ¡No aceptó un acuerdo de pena!

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