¿Policías cómplices de violencia en Los Andes?
La ola de violencia que se vive en Los Andes N°2 no es un secreto. Es un hecho que despierta el interés fuera del corregimiento y del
La ola de violencia que se vive en Los Andes N°2 no es un secreto. Es un hecho que despierta el interés fuera del corregimiento y del país.
Varios de sus moradores se sienten preocupados porque aseguran que se trata de una guerra sin cuartel en la que los policías tienen que ver en parte de la violencia.
Una moradora explicó que el año pasado, para tratar de mitigar la violencia en la comunidad, se instalaron una serie de operativos y retenes.
“Había rondas policiales y estacionarias”, uno se sentía un poco más seguro y la gente se atrevía a salir de sus casas, pero empezó 2014 y la situación se ha intensificado.
Los tres homicidios que se han reportados están vinculados, dijo la fuente quien agregó que se trata de asesinatos a personas inocentes. Ninguno de los tres jóvenes que han sido asesinados en la última semana están vinculados con la separación de una pandilla que es filial de la banda “Calor, Calor”.
Secuelas
Rubén Darío Rivera Juárez, de 34 años, fue el primero de los homicidios perpetrados este año.
Rivera fue acribillado el pasado 21 de enero, en su residencia en Los Andes N°2, en San Miguelito. A la víctima la asesinaron por solo hablar con una persona que era enemiga del grupo de los pandilleros que lo mataron.
La mañana del 25 de enero, en la cancha de fútbol del FC San Francisco, en Costa del Este, fue atacado el entrenador de fútbol Alfonso Anel González, de 38 años.
La víctima murió en el Hospital Integral San Miguel Arcángel.
El homicidio de Alfonso se debió a que el pasado 13 de octubre se atrevió a pedir a los residentes que hablaran con los organismos de investigación, porque sabían quién había matado al colombiano Daniel Alonso Hincapié Ospino, de 38 años, en su negocio, un puesto de venta de hamburguesas y arepas, ubicado en Los Andes N°2.
En menos de 24 horas los delincuentes volvieron a atacar, en esta ocasión ultimaron a Antonio Martínez Santamaría, de 30 años.
Los residentes de Los Andes tienen pleno conocimiento de los dos grupo delincuenciales que operan en el lugar, inclusive conocen a los familiares de cada uno, que también viven en la comunidad.
El problema, según los residentes, es que la gente se crío allí y tienen más de 30 años conviviendo con los ahora pandilleros, y no es justo que porque existen diferencias la gente no se pueda hablar.