El Vidajena

Por: Redacción -

La preciosa mulata Séfora es la quitafrío del pasiero isleño Miguelón. Ambos son muy conocidos en el patio limoso de la vieja casa de inquilinato donde procrearon un laopecillo conocido como Benitín. Este comearroz creció jugando entre las miserias del patio y haciendo lo que le daba la gana porque su papacito se la pasaba todo el día por la calle agachando el lomo y como los panameños que son irresponsables, apenas terminaba su jornada en la construcción se dirigía a su cantina favorita El Trago Amargo para empinar el codo y vacilar con las mujercitas sexoservidoras, como se dice ahora.

Cuando Miguelón se acordaba de su Benitín se encogía de hombros y no le daba importancia a lo que estaba haciendo el comearroz, porque pensaba que Séfora cuidaba de él y, por otro lado, sabía que Benitín se había encompinchado con otro negrito, el tal Eneas. Su padre le puso este nombre porque era un admirador de este personaje que como muchos saben fue el fundador de Roma, pero bueno, antes que protesten los que no están de acuerdo que se mencione a Roma en el patio limoso y menos a ese individuo que en una ocasión despreció a un paisito apetecible, la curvilínea Dido, la que vive en el Casco Viejo.

Pero, el único que permanecía junto a Benitín jugando la lleva, bolsita y a veces jugando jacks con las pelas que serían sus futuras noviecitas. O sea que el rapaz se crió a la buena de Dios, porque mientras jugaba con Benitín y cuando sentían hambre iban a la tienda o minisúper de los chinitos a robarles algunas latas de conservas para refinar bajo el palo de mamón.

Entre tanto, Séfora, que, como hemos dicho, es una mulata que es puro fuego, andaba de levantes con los carniceros del mercadito o con los vendedores de ñame y yuca, que dicho sea de paso han subido de precios, pero es la única alternativa que le queda a este sufrido pueblo para sobrevivir en espera de mejores tiempos, porque las cosas se van a componer. Esperemos. Ah, pero Séfora se las ingenia con el poco chenchén que le da su marido para poner la paila con el mondongo en los tres golpes.

A medida que Benitín crecía se le veía más elegante porque vestía a la última moda, con suéteres con las calaveras de los piratas, zapatillas de marca y disponía de metálico suficiente para ir a hacerse el corte a cada rato, con sus caminitos y moñitos en el centro del coco. Además de esto, se le veía acompañado con las guiales más sexis del patio limoso y de los alrededores.

La única que se le había resistido era Heidi, quien decía que Benitín tenía que andar en malos pasos cuando disponía de chenchén para vestir ropas caras y lucir zapatillas de marca. Igual pensaba Régula y Saco 'e Sal, en cambio, las malvadas Sedoína, aconsejaba al pasiero que ya cumplido los 18 años, a que siguiera en la carrera delictiva porque eso dejaba chenchén y la vétera cueruda trataba de levantarse al laopecillo, pero este sentía una gran repulsión por esa vétera horrible, y es que cuando Sedoína salía de noche a rebuscarse la gente huía al verla, porque creía que era un espantajo que había salido del cementerio para asustar a los vivos.

Cuando en las raras ocasiones en que Miguelón coincidía con Séfora en el chantin, le preguntaba cómo se estaba portando Benitín, y esta decía que solo lo veía por las noches, cuando regresaba de conversar con sus amigas y eso que toda la noche se la pasaba viendo las novelas de la televisión.

Ninguno se había dado cuenta que Benitín había emprendido el mal camino. Se había unido a una pandilla de vendedores de pichi, pero Benitín se creía más vivo que los capos y se quedaba con parte de la droga para venderla por su cuenta y quedarse con las ganancias.

Hace pocos días, cuando todos estaban comiendo su plato bien hondo de mondongo picante con pan de flauta, apareció la policía secreta Antidroga, S.A. Y además de Benitín, apresó a todos los que se encontraban en la chantin. Hace "long time" que buscaban al pillastre que surtía a los vecinos con el maldito veneno.

Por no saber cuidar a su comearroz, ahora toda la familia y también algunos vecinos que se dedicaban al "negocio" están a la sombra, pero dicen que pronto se comprobará la inocencia de Séfora y Miguelón, aunque la primera no es tan inocentona, tiene rantan de pecadillos. Benitín está acostumbrándose a la cárcel y saldrá el día de San Blando. Tome nota.

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