Mujeres, a tener sexo

La falta de sexo y de ejercicio físico también es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades respiratorias, hipertensión, arteriosclerosis y colesterol. Según

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La falta de sexo y de ejercicio físico también es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades respiratorias, hipertensión, arteriosclerosis y colesterol.

Según un estudio de la Universidad de Tufts (Massachusetts) publicado en el “practicar sexo con una frecuencia inferior a tres veces por semana multiplica en 3.5 el riesgo de sufrir un infarto cardiovascular”, pero solo en las mujeres. La autora principal de la investigación, Issa Dahabreh, defiende en las conclusiones que existe una relación directa entre los episodios cardiacos agudos, e incluso la muerte súbita, con la falta de actividad sexual. Sin embargo, apunta que las mujeres que no mantienen relaciones íntimas con frecuencia (una o dos veces al mes, según señala el estudio) pueden reducir estos riesgos realizando una actividad física moderada (caminar, montar en bicicleta…) de al menos 30 minutos al día, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Journal of American Medical Association

Las mujeres que no practican ejercicio ni mantienen relaciones sexuales frecuentes tienen unos mayores niveles de adiposidad y, en su mayoría, el colesterol malo (LDL) por encima de los valores recomendables. Dos factores que multiplican el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, en menor medida, de otras patologías como el cáncer de mama o la diabetes.

El ejercicio físico como sustituto del sexo

En casi todas estas investigaciones se destaca el beneficio del sexo para evitar el sobrepeso ya que, según sus conclusiones, por cada relación se pierden entre 100 y 300 kilocalorías. Unas cifras que son fruto de una media global, por lo que variarán dependiendo del metabolismo de cada persona y de la duración del acto sexual.

Para la elaboración del estudio, el equipo de Dahabreh realizó un análisis comparativo de 14 investigaciones previas que coincidían en señalar los beneficios para la salud de la actividad sexual. En todos ellos se demostró que el acto sexual supone un aumento de la frecuencia cardiaca, así como de la tensión arterial. Unos mecanismos fisiológicos que aumentan el consumo de oxígeno y, por tanto, reducen el riesgo de infarto.

La autora de la investigación llama la atención sobre la necesidad de practicar sexo con regularidad y combinarlo con ejercicio físico. De hecho, las personas que más riesgo tienen de fallecer por muerte súbita, según se subraya en el estudio, son aquellas que no realizan ningún tipo de actividad deportiva y practican sexo una vez al mes.

Por otra parte, la investigación también concluyó que una gran parte de los hombres que sufrieron un infarto debido a su falta de actividad física mantenían relaciones extramatrimoniales, lo que se podría vincular al estrés de la situación y una la intensa actividad física a la que no se está acostumbrado.



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