Prince, sus musas y actos subversivos inspiran una escultura de Guy Portelli

La obra "Purple Crash" incorpora un retrato de Mi-Ling Stone Poole, mujer con la que Prince mantuvo una breve relación en 1979 y que inspiraría la famosa canción de 1982.
Prince, sus musas y actos subversivos inspiran una escultura de Guy Portelli

Prince, sus musas y actos subversivos inspiran una escultura de Guy Portelli

 El artista Guy Portelli presentó hoy una escultura de Prince con un retrato de la mujer que inspiró el primer clásico que lanzó su carrera, "Little Red Corvette", y habló con Efe de cómo se inspiró en las musas y actos subversivos del músico estadounidense, con motivo del segundo aniversario de su defunción.

La obra "Purple Crash" incorpora un retrato de Mi-Ling Stone Poole, mujer con la que Prince mantuvo una breve relación en 1979 y que inspiraría la famosa canción de 1982.

Esta mujer, que dejaría a Prince antes de alcanzar la fama mundial y proseguiría con su carrera periodística, creció en la misma ciudad de Minnesota, Estados Unidos, que el artista y lo conoció en una fiesta en 1976.

"Mi-Ling es el elemento mágico que le faltaba a la escultura", relató a Efe Portelli, quien justificó la ausencia de la periodista en el acto inaugural en la Galería Different, en Londres, por motivos personales.

El creador consideró que la obra estaba "incompleta" hasta que la "musa" lo contactó por correo electrónico hace un año para decirle que la canción era sobre ella -una historia que el músico, fallecido por sobredosis accidental con 57 años, confirmó en vida-.

El capó de un Corvette rojo de 1969, un coche de la casa Chevrolet con mucho éxito de venta en Estados Unidos desde los cincuenta, es la base de la pieza y la metáfora que el cantante utilizó para referirse a esa mujer "demasiado rápida", según su propia letra.

"Purple Crash" está llena de referencias policromadas de canciones del Prince como "Kiss", "Purple Rain" o "1999", y es completada por el "símbolo del amor", el ideograma impronunciable con los signos masculino y femenino con el que el artista se cambió de nombre a principios de los noventa, en un subversivo acto para liberarse de su discográfica.

En la esquina superior izquierda se puede leer la palabra "slave" ("esclavo"), que Prince se escribió en la mejilla antes de una actuación, también a modo de protesta contra su discográfica.

"Aunque fuera un esclavo bien pagado, se veía como un esclavo para la industria", agregó Portelli sobre el elemento, que imita la caligrafía original.

La estructura está sostenida por cinco barras de metal que irrumpen desde abajo a modo de "unos dedos que la sostienen y que representan su espiritualidad y su fe", explicó.

Guy Portelli reconoció que era un gran fan de Prince en el momento en que inició la creación, si bien cuando empezó a "leer sus letras y escuchar sus canciones", se dio cuenta "del talento que tenía".

Afirmó que era "un intérprete" a otro nivel, ya que "era muy teatral en el escenario", y mencionó que está en una liga a la que solo pertenecen grandes figuras como Elvis Presley o Michael Jackson.

El artista afincado en el Reino Unido, nacido en Sudáfrica y de sangre italiana, está fascinado por la relación del arte con la música, puesto que, en su opinión, "tienen los mismos ingredientes: en la escultura también hay una base, un pulso, una armonía y unas disonancias", defendió.

Su colección más famosa consiste en una representación de iconos de la música, en la que ya se ha atrevido con John Lennon, David Bowie y los Sex Pistols, entre otros.

"Los grandes músicos de nuestro tiempo se han convertido en portavoces de su generación, representan ese periodo y me fascina reinterpretarlos en el arte", dijo sobre su motivación para realizar estas piezas.

Sobre sus creaciones aseguró que le interesa el "embalaje" como "forma de arte" y alegó que "no es el contenido de la caja de bombones, sino cómo está presentada" lo que le atrae.

Esta motivación lo ha hecho incluir, por ejemplo, materiales como el papel de burbujas en sus esculturas.

Su próximo proyecto ya está en marcha y consiste en un panel conmemorativo para el Festival de Música de Isle of Wight, que en 1970 congregó a 600.000 personas en la isla inglesa del mismo nombre.

"Es el más grande que nunca se ha celebrado; tan grande que el gobierno tuvo que prohibirlo", indicó, al tiempo que añadió que está "recogiendo las huellas de la mano de 200 músicos que tocaron allí" para incorporarlas a su nueva creación. 

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