No todos envejecemos de la misma manera. Existen tres grandes grupos: el fotoenvejecimiento, debido fundamentalmente al sol, que es, además, uno de los grandes peligros de la piel; el envejecimiento cronológico, que se debe al paso del tiempo y se caracteriza fundamentalmente por la atrofia de la piel, la aparición de arrugas finas y el hundimiento de la boca, y, por último, está el envejecimiento hormonal que es el que se produce cuando se pierden los estrógenos y la piel se vuelve más seca y marchita.
En este aspecto, la medicina estética busca siempre medidas no quirúrgicas, pero no significa que se descarten.