Diez días han pasado y sólo hay un tema. Quedará escrito en la historia del pueblo de La Chorrera, aquel terrible viernes 13, que les arrancó al conjunto de Ñato Califa y su cantante Lucía "Chía" Ureña.
"Dicen que hubo un accidente y se murió Ñato y Chía", "dicen que sólo 3 se salvaron", "ahora sí se acabó la cumbia".."Se murió la cumbia", eran algunas de las expresiones que se oían apenas se conoció la mala noticia.
Nadie unió al pueblo de La Chorrera, como lo hicieron ellos. Es que se trataba del conjunto de "Ñato Califa", "Chía" y la cumbia chorrerana, que se iba con ellos. En medio del dolor, unos organizaban la parte oficial de las honras, sus compañeros artistas, preparaban todos los detalles del homenaje póstumo y su cumbia sonaba.
TRISTE REALIDAD
El dolor fue inspiración para que su sobrino, Luis De La Cruz, le escribiera el tema "Que la cumbia no pare", cuyo canto esta vez no tenía la alegría acostumbrada, porque en su letra: "Se va Califa, con su conjunto, toda La Chorrera llorando está", era una triste realidad.
El folclor les manifestó su dolor, en todas sus expresiones. La noche anterior a sus honras fúnebres folcloristas y amigos, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, tocaron, cantaron y bailaron cumbia en las casas de los integrantes del conjunto de "Ñato Califa".
El momento más duro había llegado. El estadio "Muquita" Sánchez, le daba la despedida a 11 hijos del pueblo: Ñato Califa, Chía Ureña, Ramón Sánchez, Carlos Isaacs Hijo, Mauricio Lasso, Luis Badillo, Miguel Aguirre, Oscar Herrera, Sandra Sosa, Edgar Cajar Sosa, Xenia Justavino y Edwin Flores.
Los cadáveres fueron llevados uno a uno, cargados al hombro como los grandes. En medio de los aplausos de su pueblo que lloraba su partida, mientras que las notas de los acordeonistas les decían: �Presente!
Artistas, políticos, folcloristas y también el presidente Martín Torrijos, quiso hacer sentir su pesar a los reyes de la Cumbia chorrerana.
�MORIRA LA CUMBIA?
Hoy la interrogante es � morirá la cumbia?, �Quién la seguirá? Decía Ñato, que su hijo Carlos Isaacs, lo reemplazaría cuando él ya no estuviera. También era un excelente compositor y tocaba el acordeón como su padre.
Muchos de los temas que el conjunto de "Ñato Califa", interpretaba eran de su autoría. Tenía la misma inclinación que su padre por la cumbia. El día de su muerte había pedido permiso en el trabajo, llegó corriendo a casa y ni siquiera pudo ver las fotos de graduación de su hija de 18 años. "Dejámelas debajo de la almohada, mama, que cuando vengo, las veo", le dijo antes de partir.
POSIBLES SUCESORES
Aunque todos apuntan que nadie podrá reemplazar a Carlos Isaacs y a Lucía Ureña, el folclorista Luis De La Cruz, señala que no hay un sucesor, pero se pueden mencionar nombres como: Marcelino Avilés, Luis Laso y Maximino Gómez y otros que se le escapan de la mente.
Marcelino Avilés, quien en un tiempo reemplazaba en las cumbias a "Ñato Califa", recuerda "que lo dejaba como una hora traba'o y le decía: déjese de flojera y toque, que usted tiene que agarrar esto cuando yo me muera".
Avilés, dice que aunque su trabajo no se lo permite, está negociando con otro muchacho que se llama Víctor, "a ver si armamos un conjunto y tocamos en esta feria, aunque sea los fines de semana".
RECUERDOS
Personas allegadas a "Ñato Califa", como la folclorista Nisla Chávez, manifiesta con tristeza que "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" y lamenta que no hubiera logrado darle a la cumbia el sitial que él quería.
Recuerda que "cada vez que hablaba de eso lloraba, porque quería que su cumbia fuera libre, no le gustaba que se cerraran los círculos y se cobrara.. él vivió sufriendo por los impuestos municipales".
También la ex alcaldesa, Brenda De Icaza, en medio del llanto, reconoció que "Ñato tenía tantos ideales y lamentablemente, hasta yo me involucro, fuimos indiferentes a sus necesidades y a lo que él aclamaba: que se atendiera su cumbia, que se estaba perdiendo, pero "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde".